Esto es lo que cuenta lo último de Harry Potter
Ya hemos leído el guión de 'Harry Potter and the Cursed Child' que se publicará en octubre en España: han pasado 20 años y los personajes ya no son, ni mucho menos, los que eran... Atención: peligro de 'spoiler'
Magia. Esa es la palabra perfecta para resumir la saga literaria más exitosa de todos los tiempos; unas novelas que no solo han convertido a su autora, J.K. Rowling, en una de las escritoras más ricas del mundo, sino que han dado trabajo a miles de personas en forma de películas, parques temáticos, y ahora, por fin, obra teatral en el West End londinense. Pero esta obra, para los que hayáis vivido bajo una piedra, no se trata de una adaptación de lo que ya disfrutamos en las páginas de las novelas. Harry Potter and the Cursed Child es la continuación oficial de la historia, con los protagonistas veinte años después de la caída del Señor Tenebroso. Y ya hemos tenido la suerte de leer el guión teatral, que se publicará en castellano el próximo octubre de mano de la editorial Salamandra y tendrá como título Harry Potter y el legado maldito.
Es muy difícil describir la sensación de volver a ese mundo de magia; reencontrarse con los personajes que tanto amamos. La obra arranca en el mismo punto en que terminara Harry Potter y las reliquias de la Muerte, en el andén 9 y tres cuartos, con un Harry adulto que trata de tranquilizar a su hijo, Albus Severus Potter, de sus miedos al iniciar el primer curso en la escuela Hogwarts. Y, a partir de este momento, la historia crece y vuelve a inundar de imaginación unas páginas que llevábamos mucho tiempo esperando.
El guión parece no dejar ningún lugar emblemático sin visitar, y podremos ver Hogwarts, el Ministerio de Magia, el tren, el bosque prohibido, el lago...
La historia nos presenta a un Harry adulto, que trabaja en el Ministerio de Magia, lleno de aplomo pero también con una seriedad y una carga sobre sus hombros que ya podíamos atisbar en el final de la saga. Y es que la victoria tuvo sus consecuencias, como los lectores y fans de la saga recordarán, lo que parece haber puesto un peso sobre el protagonista que lo aleja de la versión más infantil de Daniel Radcliffe.
Por otro lado, tenemos a los dos co-protagonistas de la obra, Albus (Al) Potter y Scorpius Malfoy, dos muchachos que empiezan su año en Hogwarts y que se conocen en el tren...Tal y como pasara cuando su padre conoció a Ron en el mismo tren, veinte años atrás, Albus y Scorpius conectan a la primera. Pero claro, ¿un Potter y un Malfoy?
Su adaptación al teatro
Antes de entrar a analizar algunos de los aspectos de la trama (y sin caer en el spoiler), hay que comentar que la obra parece realmente espectacular. Leyendo el guión, uno no llega a imaginarse todo eso sobre un escenario. En el West End se hacen verdaderas maravillas sobre las tablas centenarias de sus teatros, la magia que destila, cada situación extraordinaria, y los rápidos cambios de un lugar para otro...
El guión parece no querer dejar ningún lugar emblemático sin visitar, y así podremos ver Hogwarts, el Ministerio de Magia, el tren, el bosque prohibido, el lago... Claro que ya tenemos un referente teatral que logró todas estas proezas, el musical de Lord of the Rings, en cartel durante el año 2008 en el mismo West End y cuyo montaje recreaba los tres libros de Tolkien con un acierto y una escenografía que dejaron sin aliento al que firma estas palabras.
Sin embargo, llevar la magia del mundo de Harry Potter a los escenarios parece cada vez más arduo a medida que avanzamos en la lectura. Una lectura, por otro lado, extraña, pues no estamos acostumbrados a leer a estos queridos personajes en forma teatral, y que vaya este aviso por delante: nuestros héroes han cambiado. Sí, han crecido, y las consecuencias de la guerra son visibles en cada uno de ellos. Esto es quizás lo que más se disfruta de la lectura, que es un genuina continuación. Hay, sin embargo, aspectos que denotan que solo la historia es original de Rowling, y que el desarrollo es obra de un tercero, en este caso Jack Thorne. Muchos aspectos de la historia decepcionan, no lo vamos a negar, y a medida que esta avanza, nos damos cuenta de que la genuina Rowling no hubiera continuado la historia de esta manera.
Si quieres leer hasta aquí, esta crónica ya te habrá abierto apetito. Lo que viene a continuación contiene SPOILER. Así que cuidado, incautos.
El hecho de que Albus sea enviado a Slytherin es lo primero que realmente es atrevido en el libro, y se agradece tanto. Albus no es un reflejo de su padre, aunque es cierto en que el temperamento son iguales, y el hecho de que sea tan amigo (más que amigos, parece sugerirse) de Scorpius hace que se convierta en el Potter más interesante desde Lily. Un niño que crece a la sombra de su padre y que trata de diferenciarse de él por todos los medios, que no encaja en Hogwarts y que parece no tener la misma facilidad para la magia que toda su familia. Un personaje con un conflicto muy bien formado, lo más interesante de la obra.
Harry ha crecido para convertirse en un padre preocupado y algo malhumorado, pero que a la vez, no sabe cómo tratar a su hijo. Por otro lado, el Ministerio se enfrenta al drama de los Giratiempos, que podrían cambiar el pasado y dar la victoria a las fuerzas del mal. Con la excusa de salvar a Cedric Diggory (¿a nadie se le ocurre salvar a Fred, a Lupin, a Tonks, a Ojoloco, a Snape, a Dumbledore, o a Hedwig aunque sea?) nos meten una trama de viajes en el tiempo rememorando escuetos momentos de Harry Potter y el cáliz de fuego en lo que parece la típica idea de un fan fic, que se sostiene únicamente sobre la base de que esto es Harry Potter y nosotros fans.
Ante lo que eran buenas ideas y personajes interesantes, la obra se va desinflando con sorpresa absurda tras sorpresa absurda
Ante lo que eran buenas ideas y personajes interesantes, la obra se va desinflando con sorpresa absurda tras sorpresa absurda, con la sospecha más absurda todavía de que Scorpius es en realidad hijo de Voldemort y con la trama a lo Looper que resulta menos creíble por momentos. Que la culpa la tiene Rowling, por haber introducido en sus libros un elemento tan desestabilizador como la capacidad de viajar en el tiempo. Todo esto da lugar a descabellados cambios en el presente como que Ron y Hermione no estén juntos o que el mismísimo Harry muriera a manos de Voldemort y este ganara la batalla. Una serie de contrapuntos que hacen que la segunda parte de esta obra, los actos tercero y cuarto, resulten cada vez más ajenos a la magia del mundo tan bello e imaginativo en el que nos sumergíamos cada vez que abríamos una nueva novela del niño mago. Esa esencia, por desgracia, solo se encuentra durante el primer acto de la obra, bien construido, bien pensado y bien ejecutado, con una continuación que parecía genuina y llena de momentos célebres.
Pero claro, el fan todo lo perdona y al cerrar el libro no podemos evitar tener una cierta satisfacción. A fin de cuentas, nos han dado lo que queríamos: ¿qué sucedió después? Pero nos hubiera gustado que Rowling no hubiera sido fiel a sus palabras (aunque en parte no lo ha sido) y se hubiera dejado arrastrar por un cheque en blanco a otra novela que nos narrara las aventuras de un Albus buscando su propia identidad, y un Harry atormentado por las cicatrices de la victoria. Quién sabe, quizás la autora británica escuche a sus fans y decida darnos una historia como las de antes.
Mientras tanto, los fans deben leer esto. Y quizás odiarlo, o amarlo, pero en cualquier caso, esta es la octava parte oficial y, con sus más y sus menos, arrancará alguna sonrisa. No es todo lo que nos gustaría, pero tiene momentos sublimes y el montaje teatral debe ser realmente espectacular para llevar a la vida todo lo que el papel hace posible con nuestra imaginación. Y eso es lo más cerca que podemos estar de la magia.
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