Los fondos extranjeros se mudan al barrio de Salamanca
La milla de oro recibe la mayoría de las grandes inversiones en Madrid desde 2014
La fachada decimonónica del número 29 de la calle de Velázquez esconde una exclusiva finca. Su compra es una de las 16 grandes operaciones inmobiliarias de los últimos años en el barrio de Salamanca de Madrid, que ha recibido 745 millones de euros en capital extranjero desde 2014, según la consultora CBRE Spain. Por el distinguido portón de carruajes, que hace las veces de puerta de entrada, circulan una mezcla de yuppies trajeados, mujeres con vestidos de alta costura y empleadas del hogar con cofia y mandil. "La gente que vive en esta casa es de mucho nivel, hasta hay algún famoso", comenta el portero de la finca.
El barrio de Salamanca es el preferido por los extranjeros para invertir en el sector del ladrillo. De las 24 grandes operaciones que se han realizado en Madrid en los dos últimos años, solo ocho han recalado fuera de ese distrito. Los inmuebles adquiridos por fondos extranjeros están destinados al uso residencial, de oficinas o comercial. En la calle de Serrano, las firmas Zara y Louis Vuitton ocupan dos edificios comprados recientemente por extranjeros, del mismo modo que la sede del Colegio Oficial de Médicos. Los inmuebles de Jorge Juan 32 y Príncipe de Vergara 11 esperan ―cerrados― al uso que le quieran dar sus nuevos dueños.
Los grandes inversores en Madrid, los que destinan a la compra al menos siete millones de euros, son de EE UU, Canadá, Francia, Alemania y Oriente Medio, explica Patricio Palomar, consultor inmobiliario de CBRE Spain. Sin embargo, las mayores operaciones llegan, en su mayoría, desde Luxemburgo (994.253 millones de euros), según los datos del Ministerio de Economía. Palomar aclara que esta divergencia se debe a "una política fiscal muy laxa" en ese país.
El interés por el barrio de Salamanca, según la consultora Savills, se debe a la expectativa de que las rentas por alquiler crezcan en los próximos años. La ventaja del mercado inmobiliario de ese distrito es que no se encuentra tan saturado como los similares de París o Londres y tiene una rentabilidad más alta. Los inversores extranjeros pagan una media de 12.000 euros el metro cuadrado en la milla de oro madrileña, según BNP Paribas Real Estate. "Quieren comprar las mejores casillas del Monopoly para estar bien situados cuando el mercado inmobiliario se expanda", resume Miguel Rodríguez de Momentum Real Estate.
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