Crónicas desde Costa Rica: San José
Acabo de llegar a Costa Rica, el país de la pura vida. Pero antes de internarme en el verde lujurioso que envuelve el interior he hecho una primera parada enSan José, la capital. Aquí va un resumen delo imprescindiblede la ciudad para un viajero.
San José no es una ciudad espectacular si la comparamos con otras urbes coloniales de América, llenas de plazas peatonales y casas encaladas. Ésta es una ciudad más moderna en la que los hitos arquitectónicos -que los hay- aparecen dispersos entre grandes avenidas siempre llenas de bullicio y coches. Sin embargo, más allá de esa primera impresión, San José se revela como la ciudad más dinámica y avanzada del país, el mejor lugar para respirar la cultura tica. Como además es la entrada obligada al país si vienes en avión desde Europa, se justifica dedicarle al menos un día entero antes de lanzarse a la vorágine de verde y más verde que es el resto de Costa Rica. Esta es una selección de lugares a no perderse en San José:
La joya de la arquitectura costarricense está en la Avenida Segunda, junto a la plaza de la Cultura. Es uno de los teatros del XIX más bellos de Centroamérica, mandado construir por los hacendados cafeteros en 1879 para rivalizar con los coliseos que veían en Europa durante sus viajes de placer o negocios al viejo continente. Fue de el más grande de la región en su momento y el primero que contó con luz eléctrica. Está en perfecto estado de uso y tiene una programación anual muy intensa. También hay visitas abiertas al público durante las mañanas.
A un costado del teatro y bajo la plaza de la Cultura se encuentra este museo que en realidad alberga tres en uno. Tiene una sección de arte contemporáneo con exposiciones temporales, el museo de la Numismática y – el más interesante- museo del Oro Precolombino. En este último se exhiben muchos ajuares funerarios y piezas encontradas en excavaciones fabricadas con oro puro: joyas, pectorales, amuletos, etc. La colección no es muy extensa pero incluye piezas de alto valor. Además tiene un criterio muy antropológico que complementa con reproducciones a escala de poblados y escenas cotidianas de los pueblos precolombinos de Centroamérica. Abierto a diario de 9:15 a 17. Cuesta 11 dólares.
Avenidas Central y Segunda
Las principales arterias de la ciudad son estas dos avenidas paralelas. La Central está peatonalizada en buena parte y es el eje comercial por excelencia, lleno de gente y ambiente conforme avanza el día. En la Segunda se localiza la catedral, la plaza Central (que hace las veces de plaza Mayor en una ciudad que carece de ella) o la iglesia de San José, entre otros monumentos y edificios reseñables.
Todo un ejemplo de continuidad, pues sigue en el mismo sitio donde fue fundado en 1880. De hecho se jactan de que en todo ese tiempo, si exceptuamos los domingos, solo se cerró un día: fue un lunes de 2015 para renovar el tendido eléctrico. Tiene puestos de frutas, verduras, carnes y pescados en los que se puede encontrar viandas locales: tamales asados y de maicena, cafés, bizcochos de queso, guanábanas y otras frutas tropicales de temporada, tiquizque, tacaco, especias, queso bagaces y otras delicias. Pero ofrece también numerosos restaurantes populares bajo su techo en los que se puede comer bien y barato cocina tica auténtica. Es famoso el Tala, una tasca con cero glamour pero donde sirve tortillas con gallo pinto y un huevo frito encima, envuelto todo en hoja de banano que quitan el hipo; y por solo 1.400 colones (1,4 euros). En el mercado está también la Sorbetería Lolo Mora, que lleva abierta desde 1901 y solo sirve helado de un mismo sabor: canela con vainilla.
La Cafeoteca y el Grano de Oro
En los barrios más modernos que rodean el centro histórico están surgiendo numerosos bares y restaurantes con diseño y producto mucho más vanguardista. Es la nueva ola de la cultura gastronómica tica, un soplo de aire fresco más allá del casado y el gallo pinto tradicional. Un ejemplo es La Cafeoteca (calle 31 esquina Avenida 5), restaurante y bar especializado en café donde cada taza se mima con desvelo (pesan los granos de café y el agua de cada servicio para que sepa siempre igual) y donde ofrecen variedades de las ocho regiones cafeteras del país, preparadas además con diversos tipos de cafeteras y métodos de filtrado. Para cenar os recomiendo el restaurante del hotel Grano de Oro; no es barato para la media nacional pero tiene una cocina internacional y local exquisita y un servicio también por encima de la media nacional.
Otros lugares de interés de San José: el museo del Jade precolombino, los numerosos parques (Morazá, España, Nacional, La Sabana), el edificio de Correos o el Museo Nacional
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