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Tribuna
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Podemos y la plurinacionalidad

La formación morada mantiene la vaguedad en torno al término 'nación'

Seguidores de Unidos Podemos en un acto electoral en Jerez de la Frontera, el 23 de junio de 2016.
Seguidores de Unidos Podemos en un acto electoral en Jerez de la Frontera, el 23 de junio de 2016. JON NAZCA (REUTERS)

La aportación de Podemos a la crisis territorial española es el término plurinacionalidad. Nos dicen que esta larga crisis se solucionará si entendemos que somos un país plurinacional. Sin embargo, ¿qué quiere decir exactamente plurinacionalidad? Por las declaraciones y documentos de Podemos, entendemos que para ellos España está constituida por varias naciones y que cada una tiene “derecho a decidir” a través de un referéndum, en el cual ellos votarían no. Todo ello es expresado con gran júbilo. Pero ignoramos lo esencial: cuántos pueblos de España están cualificados para llamarse nación y tener derecho a un referéndum, y por qué el partido votaría a favor de la unidad en los hipotéticos referendos.

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De todo ello sería fácil concluir que Podemos no sabe bien lo que quiere. Sin embargo, en mi opinión, las cosas no son así. La falta de sustancia es solo la apariencia. Oculta detrás se encuentra una hábil estrategia, la cual se ilumina si uno va a las fuentes de las que bebe el proyecto Podemos, concretamente a la obra del filósofo posmarxista Ernesto Laclau. Uno de los conceptos fundamentales que Podemos ha tomado del pensamiento de Laclau es el del significante vacío, el cual se refiere a un término de amplio uso social y alta carga afectiva. Ejemplos de ello son las palabras los recortes o la corrupción. Estos significantes vacíos no tienen una semántica fija; en sí mismos no quieren decir nada más allá de la definición del diccionario, pero cada uno lleva asociados diversos significados dependiendo de los diferentes grupos sociales e ideológicos que se manifiestan sobre ellos.

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Además de estar sobredeterminados, los significantes vacíos vehiculizan demandas sociales que las instituciones no han sabido o querido cursar y han quedado, por lo tanto, insatisfechas. Según Laclau, un partido rupturista no puede ir contra los significantes vacíos clave de su sociedad; lo que debe hacer es apropiárselos, darles el significado concreto que conviene al partido y promover este significado hasta conseguir que se convierta en hegemónico.

Así, el término conflicto territorial es un significante vacío con múltiples significados. En él Podemos ha seleccionado el significado concreto de plurinacionalidad, al que sigue en una cadena asociativa, referéndum. A este eje asociativo se opone otro dicotómico: lo plurinacional se opone al centralismo rancio y el referéndum a no dejar hablar a la gente. Así, se trata de promover incesantemente el significado priorizado, introducir sus equivalentes asociativos y realizar acciones en la línea de agit-prop para lograr la hegemonía discursiva que consideran central en su acción política.

El término ‘conflicto territorial’ es un significante vacío con múltiples significados

Esta aproximación al funcionamiento del significante vacío nos permite clarificar que la plurinacionalidad tiene como objetivo evocar y asociar, más que explicar. Es decir, poner en circulación discursiva la plurinacionalidad y hacer operar la doble cadena de equivalentes asociativos y sus opuestos. Esta es la razón por la que Podemos no se preocupa de definir qué es una nación, cuántas naciones puede haber en España y por qué, a pesar de su gran defensa de la diversidad, ellos votarían no en un referéndum. No hay ninguna intención de explicar y de ahí la vaguedad existente alrededor del término. En el futuro, si la plurinacionalidad deviene una idea hegemónica, como espera el partido, ya decidirán entonces cómo la gestionan y si es conveniente o no que los referendos lleguen a realizarse.

Sin duda, esta estrategia es un problema para aquellos que piensan que España es uniforme. Pero lo es también y muy especialmente para aquellos que pensamos que la pluralidad territorial existe y queremos reflexionar y debatir sobre qué significa exactamente esta pluralidad. Si España es plural, es necesario que la pluralidad pueda vincularse a unas realidades concretas y tangibles, como lo son, por ejemplo, las diversas lenguas que se hablan y las culturas que se expresan en ellas. Una vez la pluralidad adquiere cierta consistencia, un segundo reto es poder articularla con la unidad del país; es decir, explicar por qué la pluralidad es compatible con la unidad y cómo puede mantenerse razonablemente unido un país diverso.

Sin embargo, a la vista está que el enfoque de Podemos no es conducente a este tipo de reflexión. Más bien, lleva a lo contrario, a la no-explicación. Y lo que es peor: al ser únicamente un constructo discursivo autorreferencial, la plurinacionalidad se está convirtiendo en un tapón que obstruirá cualquier reflexión operativa y en profundidad sobre la crisis territorial desde la izquierda. Es lo que sucede cuando uno rechaza la deliberación racional sobre los problemas para pasar a utilizarlos como herramientas de avance político.

Mercè Vilarrubias es lingüista y catedrática de lengua inglesa en la Escuela Oficial de Idiomas-Drassanes de Barcelona.

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