Chloë Moretz, la rebelde chica buena de Hollywood
La actriz, defensora del feminismo y de los derechos gais, ocupa hoy titulares como primera novia oficial de Brooklyn Beckham
Con Chloë Moretz (Atlanta, 1997) lo fácil es equivocarse. Su aspecto dulce y sus 19 años invitan a presuponerle cierta ingenuidad, pero tiene poco de candorosa. Tampoco encaja con el perfil de chica mala que la catapultó a la fama con su papel de joven malhablada y ultraviolenta en Kick-Ass: Listo para machacar. Aunque debutó como actriz con apenas 7 años en La morada del miedo, la película de Matthew Vaughn fue su bautismo en el mundo de los clichés. Empezaron a lloverle los papeles en los que replicaba el rol de asesina adolescente. La querían como la siguiente chica mala de Hollywood. Pero ella no estaba por la labor: "Nunca quise hacerle juego a los estereotipos. Siempre iré contra ellos", dijo. Aclaró que nada tenía que ver con su personaje, y que fue criada para no decir palabrotas, ni siquiera en privado. Rechazó muchas ofertas y otros se fijaron en ella: se puso a las órdenes de Martin Scorsese, Tim Burton o Matt Reeves.
Aunque Chloë tenía todos los ingredientes para pasar de estrella infantil a heroína juvenil, algo no terminaba de cuajar. No fue solo que Jennifer Lawrence le arrebatara el papel para protagonizar Los Juegos del hambre. Es una rebeldía innata que la impulsa a no hacer nunca lo que se espera de ella. "A las actrices jóvenes nos ofrecen siempre los típicos papeles sexualizados, de tetas y culos fuera. Y yo no voy a hacer eso", dijo. Una premisa que cumple también fuera de la pantalla, en sus redes sociales, donde le afeó a Kim Kardashian comercializar constantemente con su cuerpo y fomentar un mal ejemplo para las jóvenes.
La fama de Chloë de guerrera es bien merecida. Encabeza causas humanitarias, se opone a Donald Trump y lucha contra la demonización del feminismo y el acoso a los homosexuales. Su biografía saca del equívoco a quiénes crean que se trata de gestos superficiales o pataletas de malcriada. La actriz es la pequeña de cuatro hermanos, y con 11 años pasó por el abandono de su padre y el cáncer de su madre. Dos de sus hermanos sufrieron bullying por ser gais. Ella misma reconoce que esto le forjó un carácter fuerte y construyó un vínculo fundamental entre los cuatro hijos, cuyas iniciales lleva tatuadas. Trevor la acompaña a los rodajes como su coach de actuación, y Colin actuó con ella en Déjame Entrar. Y a pesar de que dice que suelen sobreprotegerla, ninguno pudo evitar que con 14 años Chlöe se colara en un centro de drogadictos para preparar su personaje de Tierra de asesinatos.
Pero la imagen de joven contestataria y nada convencional también engaña. La actriz se mantiene en su empeño de no dar tregua a los estereotipos, y ha accedido a ser princesa Disney. Interpretará a la Ariel de La Sirenita, pero solo porque el guion prometía más oscuridad y menos almíbar. Además, ha saltado a la prensa del corazón al confirmar (en su Instagram, donde tiene 7,1 millones de seguidores) que mantiene una relación con el hijo de David y Victoria Beckham, Brooklyn. Para ser rebelde, a Chlöe no le hacen falta palabrotas.
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