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Esperar a mamá atada a una piedra Sarta Kalara, una trabajadora de la construcción de India, cuenta que no tiene más remedio que atar a su hija Shivani a una piedra, a pesar de sus llantos, mientras ella y su marido trabajan por 250 rupias (3,3 euros). Sarta Kalara, la primera a la izquierda del grupo, junto a sus compañeras de trabajo, mientras su hija permanece atada cerca de allí. En India existen cerca de 40 millones de trabajadores de la construcción y, al menos, uno de cada cinco son mujeres. AMIT DAVE (REUTERS) Kalara ata la cinta alrededor del tobillo de Shivani, de 15 meses, para evitar que se escape mientras que ella trabaja en una construcción cercana. Es habitual ver en el país a niños pequeños que ruedan en la arena y el barro, mientras sus padres cargan ladrillos o trabajan en la construcción de nuevas carreteras o casas de lujo. Esta fotografía se captó el 20 de abril pasado. AMIT DAVE (REUTERS) Shavani y su madre, el pasado 20 de abril. La mayoría de los trabajadores dedicados a la construcción son migrantes pobres, que llegan a las ciudades en desarrollo y son contratados con sueldos muy bajos. AMIT DAVE (REUTERS) Shavani, atada a una piedra en Ahmedabad, aguarda que sus padres vengan a recogerla tras el trabajo. AMIT DAVE (REUTERS) Shavani, junto a la piedra a la que permanece atado. Sus padres se dedican a cavar agujeros para los cables de electricidad en la ciudad de Ahmedabad. AMIT DAVE (REUTERS) Detalle de la cinta atada al tobillo de la pequeña. AMIT DAVE (REUTERS) La madre recoge a Shavani tras su jornada laboral. AMIT DAVE (REUTERS)