Cómo llegar al preciado club de los centenarios
Los economistas se llevarán las manos a la cabeza pensando cómo vamos a pagar tantas pensiones; pero ese no es un problema de la biología ni de la medicina
Decir que en España en apenas 15 años se ha casi triplicado el número de centenarios podría invitar a pensar que nuestro proverbial clima, la dieta mediterránea y la fortaleza genética están a punto de hacer saltar por los aires la barrera de los 100. No es mentira, pero este es un buen ejemplo de cómo pueden presentarse las cosas de tal manera que la botella parezca casi llena, cuando en realidad está casi vacía. Es verdad, tenemos el doble de centenarios que en el año 2000, pero el club de los escogidos es todavía sumamente reducido. Tiene exactamente 14.487 miembros, apenas el 1,1% de los mayores de 65.
Hace tiempo que los científicos buscan en los centenarios las claves de la longevidad, pero de momento no han dado con ellas. Aparte de los estudios sobre la longitud de los telómeros del ADN, que algún día darán sus frutos, la observación epidemiológica nos ofrece algunas pistas de cómo podemos llegar a ser miembros de ese preciado club. Sabemos, por ejemplo, que quien llega bien a los 80 tiene muchas posibilidades de sobrepasar los 100. Parece de perogrullo pero no lo es tanto. De hecho, diversos estudios han demostrado que el estado de salud con que se llega a los 50 es un buen predictor de las posibilidades de llegar a cumplir 80. Si a los 50 cabalgamos alguno o varios de los jinetes del riesgo cardiovascular (colesterol, hipertensión, obesidad, diabetes) es menos probable que el cuerpo aguante hasta los 80. Y al revés, quienes a esa edad están libres de esos riesgos y además han sorteado la lotería del cáncer, es que tienen una genética muy propicia. De lo que se deduce que si se evitan los riesgos asociados a los estilos de vida y se dispone, como disponemos en España, de una buena medicina, podemos hacernos bastante longevos.
De hecho, los datos más interesantes del último padrón del Instituto Nacional de Estadística no son los relativos a los centenarios, sino los de octogenarios. Ahí sí que vemos que la botella se está llenando y deprisa. Si en el año 2000 los mayores de 85 años eran 724.000, ahora son ya 1.300.000. Es decir, 578.000 más en apenas 15 años. Y si no media una catástrofe natural o social, la tendencia seguirá siendo ascendente. La esperanza de vida de una persona que nazca hoy es ya de 83,2 años de media. Pero para los que nacieron hace medio siglo, las perspectivas tampoco son malas. Los demógrafos estiman que de los aproximadamente 700.000 españoles que este año cumplen 50, la mitad (sí, la mitad) llegarán a centenarios, es decir, que vivirán otros 50. ¿En qué mitad caerá usted? La genética desde luego va a contar, y también la suerte, especialmente si sale en su busca descabalgando los jinetes del riesgo antes mencionados.
Los economistas se llevarán las manos a la cabeza pensando cómo vamos a pagar tantas pensiones durante tanto tiempo. Pero ese no es un problema de la biología ni de la medicina, sino de la economía. Hasta ahora el PIB ha crecido en paralelo a la longevidad. Tendrán que esforzarse para que siga siendo así.
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