El paso fronterizo de Idomeni es el kilómetro cero de la llamada ruta de los Balcanes . Los refugiados dejan atrás Grecia y viajan hacia el corazón de Europa, en un periplo no exento de dificultades. La primera de ellas, el cierre arbitrario de la frontera, que ha dejado atrapados en el campamento a cientos de migrantes.
Interior de una las tiendas.Claudio ÁlvarezHay muchos niños, incluso bebés que viajan con sus familias.Claudio ÁlvarezEntre los refugiados que pernoctan en el campo de Idomeni a la espera de cruzar la frontera hay mayoría de familias.Claudio ÁlvarezLa vía de tren que une ambos países para el transporte de mercancías.Claudio ÁlvarezReliquia de la Yugoslavia de Tito: este mojón en la frontera greco-macedonia conserva las siglas, en cirílico, de la República Federativa Socialista de Yugoslavia.Claudio AlvarezEstas alambradas delimitan la frontera entre Grecia y la Antigua República Yugoslava de Macedonia.Claudio ÁlvarezEl paso de frontera se abre y se cierra aleatoriamente, este fin de semana ha permanecido la mayor parte del tiempo cerrado.Claudio AlvarezLas ong reparten raciones de comida varias veces al día.Claudio ÁlvarezEste fin semana ha lucido el sol en Idomeni. La semana pasada se registraron temperaturas de hasta 8 grados bajo cero.Claudio AlvarezNo hay nada que hacer en Idomeni, solo esperar a que se abra la frontera.Claudio AlvarezMujeres y niñas en el campo.Claudio AlvarezEste fin de semana el campo no ha registrado mucha actividad; los ferris que trasladan a los refugiados al continente han permanecidos amarrados por una huelga y no han llegado nuevos migrantes.Claudio AlvarezColas para el reparto de comida.Claudio AlvarezSolo pueden pueden entrar en Macedonia los sirios, iraquíes y afganos.Claudio AlvarezEste grupo de paquistaníes no tiene derecho a cruzar la frontera.Claudio Alvarez