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Tribuna
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¿PrEParados?

Ha llegado el momento de que las autoridades sanitarias a nivel europeo y español se pronuncien sobre la implementación de la Profilaxis Pre-exposición contra el VIH

En España viven unas 150.000 personas infectadas por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y cada año se diagnostican aproximadamente 3.000 casos nuevos de esta infección. La gran mayoría de los nuevos diagnosticados en España –al igual que en el resto de Europa Occidental y Estados Unidos- son hombres jóvenes que tienen sexo con otros hombres.

Pese al intenso esfuerzo científico llevado a cabo, no existe (ni existirá en un futuro cercano) una vacuna preventiva frente a la infección por VIH. Sin embargo, disponemos ya de una estrategia que puede prevenir el contagio por el VIH. Esta estrategia se conoce con el nombre de PrEP que es el acrónimo Inglés de Profilaxis Pre-exposición (“Preexposure Prophylaxis”).

La “PrEP” consiste en que una persona que no está infectada por el VIH y que va a tener una relación sexual de riesgo, toma medicación frente al virus antes de la relación sexual para evitar el contagio. En medicina, existen otros ejemplos de toma de medicación por parte de personas sanas para prevenir determinadas infecciones como por ejemplo la toma de medicamentos antimaláricos cuando se viaja a zonas del mundo en donde esta grave enfermedad parasitaria es endémica. En el campo del VIH, hace años que disponemos de estudios científicos que demuestran que si una persona no infectada por el VIH toma dos medicamentos antirretrovirales antes de tener una relación sexual con una persona infectada, las posibilidades de infectarse por el VIH disminuyen hasta un 90%. Esta información resultó decisiva para que en 2012, la agencia reguladora de los medicamentos de Estados Unidos (Food and Drug Administration - FDA) aprobara la PrEP como una intervención médica adecuada para reducir el riesgo de infectarse por VIH por relaciones sexuales.

Durante el año 2015 se han publicado los resultados de dos estudios de investigación llevados a cabo en Francia e Inglaterra que han vuelto a corroborar la eficacia de la PrEP para prevenir la infección por VIH en hombres con prácticas homosexuales de riesgo, con una eficacia cercana al 90%. Estos resultados se han visto corroborados por experiencias en la vida real de diferentes países del mundo. El consenso de los expertos en VIH es inequívoco: la PrEP funciona. De hecho, la Sociedad Europea de SIDA (EACS) ha emitido este año por primera vez recomendaciones que respaldan el uso de PrEP en personas que pueden tener riesgo de infectarse por VIH por vía sexual.

No hay que olvidar que cada infección por VIH prevenida evita toda la cadena posterior de transmisión

Sin embargo, tres años después de la aprobación de la PreEP en Estados Unidos y a pesar de las evidencias científicas generadas en países europeos, la PrEP no puede ser utilizada de forma oficial en ningún país de nuestro continente y esto se debe a que la Agencia Europea del Medicamento no ha autorizado el uso de antirretrovirales para esta indicación. Es la primera vez en la historia de la epidemia de VIH que existe un desfase tan prolongado entre la incorporación de un avance científico en Estados Unidos y en países europeos. Es de esperar que en los próximos meses, Gilead la compañía que produce los antirretrovirales utilizados para la PrEP (Tenofovir y Emtricitabina), inicie el procedimiento para solicitar la aprobación de su utilización como profilaxis. Una vez obtenida esta aprobación ¿estaremos preparados en España para el uso de PrEP?. En nuestra opinión hay dos grandes interrogantes que deben ser respondidas mediante el acuerdo de los diversos actores concernidos

¿Quién tendrá que prescribir la PrEP? Estamos hablando de personas sanas en riesgo de adquirir la infección por VIH. La estimación del riesgo hay que realizarla sobre la base de datos como haber tenido otras infecciones de transmisión sexual, número de parejas sexuales y uso no consistente de preservativos. El médico que prescriba PrEP debe contar con los medios precisos para diagnosticar la infección por VIH así otras enfermedades de transmisión sexual. Además, deberá tener un conocimiento sobre los efectos adversos de los medicamentos utilizados y ser capaz de controlar el cumplimiento del tratamiento. En nuestra opinión las clínicas de enfermedades de transmisión sexual establecidas fuera de los hospitales serían los dispositivos asistenciales más adecuados para realizar esta actividad preventiva al igual que ocurre en otros países europeos como las clínicas de Salud Sexual de Reino Unido.

¿Quién tendrá que pagar por la PrEP? Trabajamos en un sistema sanitario público acuciado por las limitaciones presupuestarias. Desde un punto de vista farmacoeconómico ya existen datos preliminares que respaldan que la PrEP pueda ser una intervención costo-eficaz. Los resultados de los ensayos clínicos nos han mostrado que aproximadamente solo hay que prescribir PrEP a 13 pacientes de alto riesgo para evitar un contagio. No hay que olvidar que cada infección por VIH prevenida evita toda la cadena posterior de transmisión y significa que el sistema sanitario público no tendrá que sufragar el gasto en antirretrovirales de varios pacientes de por vida. Mientras que el paciente infectado en la actualidad debe tomar medicación toda su vida, es muy probable que el uso de PrEP sea limitado en el tiempo. Un aspecto muy interesante es que los medicamentos que actualmente se recomiendan para la PrEP serán genéricos en 2017 y su coste será mucho menor que el actual.

En nuestra opinión ha llegado el momento de que las autoridades sanitarias a nivel europeo y español se pronuncien sobre la implementación de PrEP. La PrEP no es una panacea capaz por si sola de terminar con la epidemia, pero sí que es una intervención útil que sumada a acciones tan importantes como el diagnóstico de todos los pacientes – en España se calcula que un tercio los pacientes infectados por el VIH no están diagnosticados-, el tratamiento temprano de todos los diagnosticados y las medidas educativas sobre sexo seguro nos acercará progresivamente al objetivo final de evitar las nuevas infecciones por el VIH

José Ramón Arribas y Juan Berenguer son especialistas en Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario La Paz de Madrid y del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid. Ambos son presidentes del VII Congreso Nacional de GeSIDA

 

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