Bodas gais
El Papa regresa de un viaje no exento de cierta polémica debido a que durante su escala en Cuba no halló oportunidad para entrevistarse con una sufrida oposición cubana que demandaba su atención. Es fácil imaginar que haya sido esta una condición previa del régimen castrista para aceptar su visita como mediador en el deshielo que las relaciones entre Cuba y EE UU precisan, por lo que parecía lógico darle un margen de confianza. Lo que ha rebasado la capacidad de mi confianza en el Pontífice es que la haya encontrado para reunirse con la funcionaria de la Administración americana que se niega a tramitar las bodas gais en EE UU por motivos de conciencia. Para los que, tímida y recelosamente, habíamos reabierto la puerta a la posibilidad de regresar a una iglesia que se mantenía ciega y sorda a las injusticias, este error del máximo representante de la Iglesia católica no hace sino obligarnos a cerrarla nuevamente.— Juan C. Mella.