Ralph Lauren: el fin de la época dorada de la moda estadounidense
El diseñador abandona su cargo como consejero delegado pero permanece en la firma que creó en 1967 como responsable creativo
“Cuando empiecen a diseñar cosas que no entienda, lo dejo”. Ralph Lauren (Nueva York, 1939) anunciaba ayer que dejará su cargo como consejero delegado de la marca que fundó hace 48 años. Y con estas declaraciones concedidas a The New York Times, buscaba quitar hierro a la decisión. Su sustituto en el puesto, a partir de noviembre, será Stefan Larsson. El sueco llega a esta firma, epítome del estilo estadounidense, tras haber pasado por H&M y dirigido Old Navy, el grupo al que pertenece la cadena textil Gap.
Lauren continuará involucrado con su empresa como director ejecutivo y jefe creativo. “No siento que me esté yendo”, asegura. Pero aunque no se jubila, con la contratación de Larsson se cierra el círculo de la sucesión generacional en el núcleo duro de la moda estadounidense: Donna Karan abandonó la dirección creativa de su propia firma el pasado julio; y Calvin Klein lo hizo en 2002. Este trío no solo definió la estética estadounidense durante el último medio siglo sino que puso al país en el mapa de industria de la moda, junto a Francia e Italia. También consolidaron un modelo de negocio que luego replicarían muchos compatriotas, como Michael Kors: una estructura piramidal en cuya cumbre se sitúa la división de lujo y con una base, que genera el grueso de los ingresos, formada por las líneas más asequibles. En su caso Polo Ralph Lauren, con una presencia global, y responsable de buena parte de las ventas de la compañía que el año pasado, y según datos de la empresa, ascendieron a 6,7 mil millones de euros.
La elección de Larsson resulta sorprendente en el sentido de que el sueco ha desarrollado toda su carrera dentro de compañías de precios asequibles y carece de experiencia en el sector del lujo. Pero los buenos resultados que, bajo su mandato, obtuvo Old Navy refuerzan la teoría de que, con su fichaje, se busca poner en orden las cuentas de la casa. En el último año, aunque las acciones superaron las estimaciones de los analistas alcanzando un valor de 1,09 euros, sus beneficios descendieron un 5,3%.
Sobre quién sucederá en el futuro al propio Lauren como responsable creativo solo existe, de momento, conjeturas. Su hijo David forma parte del consejo de dirección y está al frente de las divisiones de publicidad y marketing. Difícil herencia, haya lazos genéticos o no, la de mantener un imperio levantado sobre un difícil equilibrio. El que mantienen los antagónicos referentes estéticos que definen la marca: el salvaje oeste y el club de campo. Sea lo que sea lo que el futuro depara a la firma, con Ralph Lauren termina una época dorada de la moda estadounidense.
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