Balenciaga prescinde de Alexander Wang

De nada sirvió un aumento de las ventas que la marca cifró en “dobles dígitos” (más del 10%), ni la consolidación del negocio de zapatos y accesorios, ni una mayor visibilidad en la alfombra roja, vistiendo a actrices como Julianne Moore. Balenciaga ha roto con su director creativo, Alexander Wang, al que contrató en 2012 tras la tumultuosa salida de Nicolas Ghèsquiere, que había permanecido 15 años en el puesto.

Con el fichaje de Wang, la firma buscaba quitarse años (o quitárselos a su clientela) y reposicionarse en el mercado chino. Al fin y al cabo, el diseñador estadounidense de origen asiático habla con fluidez dos de las lenguas clave en el mercado del lujo: el mandarín y el lenguaje del pop. Wang apareció en un videoclip de Madonna, basó una colección de su propia marca en las etiquetas que advierten del contenido obsceno en los discos de hip hop y supo desde sus inicios cortejar a la clase de famosos que pueden hacer que un bolso se convierta en “el” bolso.

Pero la convivencia entre el diseñador y la casa no ha acabado de funcionar. Kering, el conglomerado del lujo que es propietario de Balenciaga, ya dejó al creativo en una situación comprometida hace unas semanas cuando hizo público que el contrato de éste se estaba discutiendo. Se dio entonces por hecho que la relación había terminado y se empezó a especular con los motivos y los posibles sucesores. Es probable que el éxito de la propia marca de Wang, que en estos momentos busca comprador, haya provocado una situación de incompatibilidad para el diseñador, de 31 años, que era, hasta el momento, el único director creativo de todo el conglomerado que compaginaba la dirección de una maison histórica con una firma propia.

Respecto a su hipotético sucesor, Kering declaró al portal especializado Women’s Wear Daily, el medio que confirmó la noticia, que está dando “los primeros pasos” para la búsqueda de sustituto. En los círculos de la moda se cree que la empresa buscará repetir la estrategia que le ha funcionado bien a Gucci: sustituir a un diseñador de perfil alto por alguien relativamente desconocido. En la casa italiana, el recambio de Frida Giannini por el hasta entonces anónimo Alessandro Michele se ha traducido en buenas críticas y en un repunte de las ventas de su primera colección.

Quien sustituya a Wang tendrá la tarea de preparar a la marca para su centenario, que se celebrará en 2017, y continuar su expansión, que pasa por la apertura de nuevas tiendas. Balenciaga ha pasado en tan sólo siete años de tener apenas tres boutiques a ostentar unas 90. Quizá la apertura más significativa fue la Madrid este mismo año, que supuso el regreso a casa de la firma que fundó Cristóbal Balenciaga. Abrir en Madrid fue un empeño personal de Wang, que tras su fichaje se sumergió en los archivos de la casa y visitó el museo dedicado al histórico creador en Getaria. La crítica detectó esa reverencia por el fundador en su primera colección para la casa pero no tanto en las últimas, donde se impuso el estilo deportivo que le ha hecho famoso.

Wang firmará todavía la colección para la primavera-verano de 2016, que se verá el próximo septiembre en París. Quién sabe si la familia Kardashian-West al completo volverá a sentarse en la primera fila, como ya ha hecho en otras ocasiones, para arropar al diseñador que acercó –quizá demasiado– Balenciaga al terreno del pop.