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CONVERSACIÓN GLOBAL

Los ‘turcos’, los ‘marroquíes’... y el resto

La muerte de un turista caribeño en Holanda reabre el debate sobre quiénes son originarios del país

Isabel Ferrer

El término alóctono no occidental es utilizado de forma regular en Holanda para referirse a los ciudadanos que no son originarios del país. No importa que hayan nacido aquí y tengan el pasaporte en regla. Si sus abuelos, o bien uno de sus padres, nacieron en Turquía, Marruecos, Surinam o las antiguas colonias del Caribe se les llama así. Suman cerca de dos millones de personas, de una población de 16,8 millones, y la expresión sirve para diferenciarlos de los autóctonos, es decir, los holandeses blancos. Pero también de los holandeses con (al menos un) progenitor europeo, estadounidense o australiano. Estos serían alóctonos occidentales,categoría que incluye a los de herencia indonesia y japonesa. Este grupo ronda los 1,6 millones de ciudadanos.

En la práctica, la expresión alóctono —surgida en los años setenta para evitar el calificativo inmigrante, considerado un estigma— divide a la sociedad holandesa en dos grupos de población: los turcos y marroquíes, por un lado, y el resto. Un “ellos y nosotros” que alcanza a la educación y el mercado laboral. El debate es recurrente, pero la muerte de Mitch Henríquez, un turista antillano de Aruba, supuestamente por un exceso de fuerza policial durante su detención, ha llevado a los diarios nacionales a admitir su responsabilidad en la división asociada al calificativo.

Annieke Kranenberg, defensora del lector de De Volkskrant, ha criticado un texto del propio rotativo que decía lo siguiente: “En la plaza (de La Haya) hay unas trescientas personas. Tres cuartos son marroquíes; el resto, turcos, de Surinam o las Antillas. También pasean unos cuantos holandeses que lanzan piedras (a las fuerzas del orden) con igual fanatismo”. Los lectores preguntan si es que el reportero pidió la documentación a todos, y lamentan la discriminación inherente al relato. NRC Handelsblad, otra de las cabeceras de prestigio, añade un dato desestabilizador. “Si se les llama holandeses de origen turco o marroquí también se les diferencia del resto. Por otra parte, ellos mismos se presentan como marroquíes y turcos”, según Pieter Klok, director en funciones.

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