Enchufados sin fronteras
Ada Colau se ha incorporado, con descarado alarde, al patrocinio del grupo “enchufados sin fronteras” al que pertenecen, irremediablemente, todos los que tocan poder; sean de derecha, de izquierda, de delante, de detrás, de arriba o de abajo. Y es que debe ser muy bonito decir: “Cari, mira si por tu amor estoy poco… que te consigo un currele by de face”. Y, tengo que reconocerlo, a mí no me sorprende ni lo de Colau ni lo de cualquier otra, como, verbigracia, lo de Carmena con su sobrino. Va en la condición humana: la familia es la familia. Lo que me molesta es la doble moral, no solo de las neófitas, sino de sus aplaudidores, que lo ven justo y necesario, porque para eso, ellas son “uno de los nuestros”. El enchufismo, como todo el mundo sabe, tiene un sinónimo legal: nepotismo. Y estos recientes casos, como todos los antiguos, también deberían ser investigados por la justicia para averiguar si existe delito de prevaricación. La doble moral de los comunistas es deleznable, porque añade además el agravamiento de la falta de pudor, de la desfachatez y el alarde, de querer hacer pasar por legal, y moralmente justificable, lo inmoral y delictivo. Supuestamente.— José María Lorente Hernandis.
