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LA PARADOJA Y EL ESTILO
Columna
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Orgullo y satisfacción

La familia Iglesias Preysler está de nuevo en acción para asegurarnos un verano lleno de emociones

Boris Izaguirre
El cantante Julio Iglesias durante una acutación.
El cantante Julio Iglesias durante una acutación.PERE DURAN

He empezado a releer Retrato de una dama de Henry James, porque es clave para comprender muchas cosas del amor, según ha comentado Vargas Llosa. Mi marido me lo ha regalado. “En la época de James no existían ni Internet ni cine ni televisión, por eso era necesario describir con intensidad cada imagen y cada sentimiento para atrapar tu atención”, con eso bastó para dejarme llevar otra vez por su literatura, igual que en mi adolescencia.

¿Le habría gustado a Henry James el matrimonio igualitario? ¿Sabría disfrutar del amor gay? He vivido el desarrollo del Orgullo Gay desde 1994, el año en que me mudé a Madrid. En mi ciudad de origen, Caracas, no había posibilidad alguna de celebrar algo similar y sigue sin existir. Una de las cosas que une al Gobierno de Nicolás Maduro, el fantasma de Chávez y la oposición venezolana es su incapacidad de promover ninguna ley en defensa de los derechos de la comunidad LGTB. Hace 21 años Leopoldo Alas, a quien siempre extraño, me invitó a ir. “Primero que todo, tienes que llamarla 'mani”, me instruyó en la cocina de la familia Bosé. “Empezamos en La Latina, subimos por todo Tirso de Molina hasta la calle Carretas, porque allí hay un cine que ha sido muy simbólico para la comunidad. Y terminaremos en la Puerta del Sol con una gran besada”.

Leopoldo no está físicamente con nosotros, tampoco Pedro Zerolo y ya no se culmina la marcha con esa gran besada, que reunía desafío y humor con un erotismo desordenado. Pero hay que alegrarse de que la mani se haya transformado en la gran celebración que es. Y celebrar que hoy regrese a Madrid con su alegría, después de unos años en que el Ayuntamiento intentó por todos los medios coartarla. Eso también se ha ido.

La vez que llevé a mis padres, hace unos 10 años, estaban impactados por los caballeros con alas de ángel y torsos depilados así como con los que llevaban máscaras de cuero sado. Pero, en realidad, lo que más les asombró fueron esas familias de madrileños, con sus hijos y los abuelos, “pasándoselo tan bien”, me dijo mi mamá, que hoy tampoco está. Pero la marcha, sí.

Hoy, el Orgullo Gay en Madrid y mañana, referéndum en la cuna de la filosofía, la democracia y del teatro, Grecia. Eros y Pathos en la misma semana. A nadie le puede gustar la filosofía de que unos organismos internacionales decidan tu futuro, pero ¿es necesario ese teatro de los representantes de esas instituciones retratándose riéndose y encantados de sí mismos en las fotos? ¿De qué se ríen? Sería mejor que vinieran a negociar durante la marcha del Orgullo, se soltaran un poquito la melena y descubrieran que no hay nada mejor para desengrasar que subirte a una carroza, ponerte alas de ángel, correr con zapatos de tacón y enamorarte como una tonta. Personalmente encuentro más honestas a las bacantes de Femem, desnudándose enfrente de Cibeles en Madrid en contra de la ley mordaza, que a cualquier representante del FMI.

Lejos de allí, en una fiesta en Miami, dos parejas gais se preocupaban sobre cómo todo esto alteraría sus planes de verano en Grecia. “El hotel nos asegura que nada va afectarnos. El verano en Miconos es más barato y divertido que en cualquier otra parte ”, confesaron. De hecho, una de las cosas que el Gobierno griego ha aceptado de las propuestas europeas para el rescate es subir el IVA de turismo al 13%. A nosotros nos parece poquísimo. “Pero imagínate si no podemos ir a Miconos, ¿podrá Ibiza con tanta gente?”, preguntaron planteando otro conflicto: si las islas griegas colapsan, ¿sobreviene un desequilibrio en el reparto del turismo mundial? ¿Qué dice Christine Lagarde, la presidenta del FMI? Si Grecia sale del euro, ¿sale ella también del Fondo Monetario Internacional? Y si insiste en broncearse en las islas griegas, ¿no deberían presentarle una buena prima?

Antes del bronceado radical de Christine siempre estuvo el de Julio Iglesias, operado recientemente de la espalda. Su nuevo tema, Fallaste Corazón, no trata de una cardiopatía sino de un nuevo alegato New Age. Iglesias ha invitado a varias caras del panorama nacional a participar en el vídeo promocional, entre las que me ha incluido. La invitación me llena de orgullo y satisfacción porque Julio es el rey del entretenimiento latino. Y es mi manera de adentrarme en el revival de la familia Iglesias Preysler. Sus integrantes están de una manera u otra de nuevo en acción. Quizás como respuesta a la tragedia griega, la gran familia del glamour reacciona para asegurarnos un verano lleno de escapismo y emociones. Como las novelas de Henry James, expertas en describir mundos peculiares para retratarnos mejor.

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