Estas mujeres cambiaron la historia a base de tortas

¡Hostia, un libro!, la feria anual que acaba de celebrarse en Madrid, no es sólo un festival de microedición: ahora también es una editorial, y Folloneras es su primera referencia.

Artículos, ilustraciones, relatos, poemas, fotografías, cómics: todo cabe en 170 páginas dedicadas al jaleo femenino. De entre todo el name-dropping que sus numerosas autoras hacen a lo largo de la obra, hemos subrayado en fosforescente ciertos nombres que aparecen de pasada en el libro para ahondar más en algunas de nuestras folloneras favoritas.

GAIL SIMONE

Si ahora los trajes de Capitán Marvel y Thor los visten mujeres en sus respectivas series mensuales es, en parte, porque a la guionista Gail Simone no la callaba nadie: hace casi dos décadas en un foro de cómics empezó a listar personajes femeninos que habían sido asesinados, atacados o vejados en el mundo de las viñetas, haciendo, por un lado, que su carpeta de hatemail creciera exponencialmente con misivas que la acusaban de feminazi y, por otro, abriendo un debate en la prensa generalista sobre el sexismo imperante en los cómics mainstream. Autora de títulos como Birds of Prey o Wonder Woman, no puede ser más clara en sus pretensiones: “El arte es un lugar muy adecuado para discutir sobre temas difíciles, como el feminismo. Es un gran espacio para empezar los cambios y así ha sido a lo largo de la historia”.

ANITA STARKEESIAN

En su serie de no ficción Tropes VS Women in Video Games, la periodista cultural Anita Starkeesian ponía de manifiesto el trato abyecto que las mujeres sufrían en los videojuegos, viéndose reducidas únicamente a adaptar el rol de trofeo o el de florero. Una de las víctimas del llamado gamergate, Starkeesian inició una campaña de micromecenazgo en la plataforma kickstarter.com para emprender su proyecto documental, por el que sufrió ciberacoso y amenazas de muerte, llegando al punto de tener que cambiar de residencia. ¿Pasar página? Pasar página una mierda: a sus conferencias críticas con la representación de la mujer en el audiovisual (también dedica manguzadas a películas y series en sus vídeos) les podemos sumar las que imparte sobre el acoso a mujeres en la red. Haters gonna hate.

TINA FEY & AMY POEHLER

Aún recuerdo la mirada que me echó la dependienta del videoclub cuando, siendo un preadolescente, alquilé Chicas Malas. En esa época, me embarqué en la ardua tarea de ver todo lo que cayese en mis manos relacionado con el programa de sketches Saturday Night Live, con lo que no podía ignorar el título escrito por Tina Fey, actriz y guionista de la mítica cabecera. Tanto ella como Amy Poehler -su compañera en SNL y actriz en Chicas Malas- han conseguido erigirse en reinas de la comedia, a la altura de otros titanes que se foguearon en el show televisivo como Bill Murray, Julia Louis-Dreyfus o Mike Myers. No hay mejor manera de corroborar eso que recuperando el dardo que lanzaron como presentadoras de los Globos de Oro a Kathryn Bigelow: “No estamos al tanto de la polémica generado por 'La noche más ocura' pero, si hablamos de tortura, confiamos en la mujer que estuvo tres años casada con James Cameron”.

NICHELLE NICHOLS

Nichols -víctima de un derrame cerebral este mismo mes- pasará a la historia por su interpretación de la teniente Nyota Uhura en la serie original de Star Trek, y no es para menos: no sólo construyó uno de los personajes más icónicos de la ciencia ficción audiovisual, si no que fue pionera en dar vida a una mujer afroamericana que no desempeñaba el rol de fiel sirvienta dentro de un programa de televisión. Cuando por desavenencias con la productora se planteó abandonar la serie, Martin Luther King la convenció para que no lo hiciese. ¿El motivo? Su personaje se había convertido en todo un referente para las chicas y los chicos negros de los años sesenta, que veían en Uhura y en el futuro que auguraba Star Trek un paisaje a años luz del que experimentaban al terminar el capítulo de su serie favorita.

LA MADRE DE ELISA VICTORIA

Si por Folloneras desfilan pandilleras japonesas, las luchadoras bolivarianas que responden al nombre de cholitas, o se incluyen cantos de amor al boxeo y a los moratones de las jugadoras de rollerderby, hay una figura beligerante que encandila de pura cercanía: en la entrevista que la madre de Elisa Victoria concede a su hija se desglosan las razones de su gusto por la hostia fina, el sopapo bien dado y, en resumen, la violencia física más visceral. Las bofetadas que la abuela de Porn&Pains -el libro de relatos de Victoria- ha dedicado a superiores, familiares y completos desconocidos es extensa, y la sensación catártica que todas esas reyertas le han provocado hace que Tyler Durden parezca un eunuco. Una voz femenina que en circunstancias normales hubiese permanecido en el anonimato, se coloca entre las más divertidas, vehementes y tiernas de las que llevamos leídas en lo que va de año.