_
_
_
_
_

La vida errante e intensa de Nureyev es de cine

El británico Ralph Fiennes anuncia el comienzo de un rodaje que se promete polémico y espectacular

Nureyev, en 1985.
Nureyev, en 1985.CHEMA CONESA

Varios directores y actores-directores estaban detrás de este argumento. La vida errante e intensa de uno de los divos más importantes de la historia del ballet, Rudolf Nureyev, es en sí misma un caramelo que supera los límites del biopic al uso. Nureyev fue carne de escándalo desde que en 1961 escapó en un aeropuerto de las afueras de París, antes de coger el avión que debía devolverlo a Leningrado. Había estado de gira por Francia con el más prestigioso de los ballets de la antigua Rusia, entonces Unión Soviética, el Kirov, ahora de nuevo nominado con su nombre decimonónico tras la caída del murió del Berlín la desintegración de la URSS: Mariinski de San Petersburgo. En Rudolf, ‘Rudi’ para los amigos, todo siempre rozó la fantasía, había nacido en un tren cerca de Ufá en la Siberia, pero se formó como artista del ballet en el aula leningradense de Alexander Pushkin, un maestro-mago que también fue poco después el mentor de Mijail Barishnikov y Natalia Makarova, divos ellos mismos que también escaparon del horror posestalinista en que les tocó crecer y formarse.

La vida de Nureyev dio un salto con aquella escapada que ya traía meditada y planeada: quería ser libre, en cuerpo y alma, social y artísticamente. Occidente no tenía entonces un bailarín como él, ni tampoco las grandes bailarinas de su época un partenaire de su calibre. Es así que fue pareja escénica primero de la norteamericana Rosella Hightower y de la francesa Ivette Chauviré, para por fin, por una serie de circunstancias que rozan el relato de ficción, topar en Londres con Margot Fonteyn, la gran dama del ballet británico y su paso a dos de “El Corsario” se vuelve un emblema de bella y buena danza clásica con el que recorren el mundo.

Las manos de Nureyev
Las manos de NureyevCHEMA CONESA

Pero al mismo tiempo no faltaban los flashes de la prensa rosa, las persecuciones de fans y los escándalos sociales; su romance con el astro danés Erick Bruhn fue aireado. Más de una vez pasaron por comisaría Margot y Rudi, a veces por llevar pequeñas cantidades de droga, otras por portar ingentes cantidades de dólares. Todo esto y mucho más se relata en la jugosa biografía escrita por la exbailarina Julie Kavanagh (Johannesburgo, 1952), que vio la luz editorial en su forma definitiva en 2007. A Julie la figura de Nureyev la rondó siempre. Ella se había formado como bailarina en la escuela del Royal Ballet de Londres y desarrolló su carrera profesional, que prometía mucho, en Cap Town. Un desgraciado accidente laboral la llevó a una lesión irrecuperable, pero su pasión por el ballet la llevó a la investigación. Su primer libro, Musas secretas en la vida de Frederick Ashton (Faber & Faber, 1997) fue un éxito. Y allí lo contaba todo: lo bueno, lo menos agradable y lo que la formalidad británica había ocultado hasta entonces. Esto mismo lo aplicó a sus pesquisas sobre la vida de Nureyev. Ralph Fiennes se apresuró a comprar los derechos del libro y David Hare ha escrito un guión que se mantiene en secreto. No se sabe qué segmento de la vida de Nureyev será contado. Es evidente que esa azarosa carrera entre éxitos, amores, islas privadas y muerte cabría muy apretadamente en un metraje normal. Hare ya trabajó antes con Fiennes, quien ha asegurado que no se pondrá delante de la cámara sino detrás, para dirigir, y que el rodaje comenzará en 2016.

Una exposición con algunos de los trajes usados por el bailarín en sus representaciones.
Una exposición con algunos de los trajes usados por el bailarín en sus representaciones.AFP

El escándalo persiguió a Nureyev en vida y después de muerto. Ocultó mientras pudo que padecía sida, dirigió con mano de hierro la Ópera de París desde 1983, y en el decir de muchos, la despertó de un letargo de décadas. También tuvo una fragmentada carrera en el cine, de lo que más se recuerda su participación en el “Valentino” de Ken Rusell en 1977. Varios medios londinenses ya han adelantado que el filme sobre la vida de Nureyev será una gran coproducción con participación de la BBC.

Hace tiempo, se decía en los mentideros del cine global que el actor más parecido físicamente a Rudolf Nureyev era Tom Welling, el Superman de la serie televisiva Smalville (2001 a 2011) que había empezado su carrera como modelo de calzoncillos. Los años han pasado, y Welling ahora es un hombre de 38 años que se sigue pareciendo muchísimo al Nureyev de su esplendor, pero los casting de Fiennes aún no han comenzado.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_