_
_
_
_
CONVERSCIÓN GLOBAL
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Cuando el empleo no da para abandonar la pobreza

En Los Ángeles, personas con un puesto de trabajo a jornada completa necesitan ayudas

Pablo Ximénez de Sandoval

Cuando el alcalde de Los Ángeles firmó a mediados de junio la ley que eleva el salario mínimo en la ciudad a 15 dólares la hora (un 67%), la cifra más alta de Estados Unidos, lo llamó “el plan contra la pobreza más ambicioso de la historia de la ciudad”. En el Estado más rico de EE UU y más poblado, con 38 millones de habitantes, uno de cada siete habitantes y uno de cada cinco niños viven en la pobreza (2013). De las familias pobres, dos de cada tres tienen trabajo. Es decir, gente que trabaja el día entero tiene que comer con ayudas públicas. Tener un trabajo a tiempo completo con el salario mínimo otorga unos ingresos de 18.720 dólares al año, por debajo de la línea de la pobreza.

A nivel estatal el gobernador, famoso por su celo presupuestario, ha propuesto un recorte de impuestos a las rentas más modestas que afectará a unas 825.000 familias en el Estado. Además, los legisladores demócratas le han arrancado una inversión extra en subsidios para atención médica de niños pobres. La atención médica es el gasto más grande para las familias. Estas tres políticas, elevar el salario mínimo, ayudar con los gastos médicos y bajar impuestos a las rentas bajas, son las tres mayores armas contra la pobreza, según los estudios estatales.

El problema, parecen haber concluido los políticos, no está solo en la recuperación económica (el crecimiento del empleo en California supera al de EE UU), sino en su reparto. La lucha contra la desigualdad será uno de los grandes asuntos de la próxima campaña electoral. El Partido Demócrata ha hecho de la subida del salario mínimo una cuestión troncal de su discurso. En California, dominada por el ala más izquierdista de los demócratas, sacar a gente de la pobreza e incorporarla a la clase media que consume es ya una política de Estado. Por donde va California, va después la nación, se suele decir. En la lucha contra la desigualdad, el experimento está en marcha.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_