Jude Law: “Me siento maduro y soy feliz”
El actor aparca su imagen de conquistador y se declara encantado con su familia y con sus proyectos profesionales
Es un buen momento para ser Jude Law. “Soy feliz, la vida me trata bien. Me levanto de buen humor y me gusta mi trabajo. Estoy encantado con los proyectos que tengo entre manos y mi calendario no es excesivamente loco por lo que puedo disfrutar de mi tiempo libre. Vivo un buen momento”, resumió el intérprete británico a EL PAÍS a su paso por la CinemaCon, la mayor convención de exhibidores cinematográficos del mundo. El actor se presentó delante de más de 3.000 exhibidores para mostrarles su próximo estreno, Spy, parodia del mundo del espionaje. Pero también fue un buen momento para echar la vista atrás, para recordar sus comienzos, cuando pasó por primera vez por este mismo aforo dedicado a las estrellas hace casi dos décadas, cuando no era más que un chaval a la sombra de John Travolta, Harrison Ford y Jon Voight. “Era un cervatillo con los ojos como platos y lleno de inocencia que no se podía creer dónde estaba”, recuerda a sus 42 años.
En este tiempo Law ha perdido la inocencia y el anonimato. Se siente “más maduro” y tiene asumido que es una figura pública. “Todo el mundo se siente capacitado para tener una opinión sobre mi pero yo debo centrarme en el otro yo y en el mundo en el que vivo con mi familia”, asegura.
En su carrera profesional hay de todo. Candidato al Oscar en dos ocasiones (Cold Mountain y El talento de Mr. Ripley) Law también fue motivo de risas en esta gala cuando el humorista Chris Rock bromeó de la excesiva ubicuidad del británico. Pero si algo da qué hablar en la vida de Law es “ese otro yo” que menciona, el personal. Como describió recientemente el diario australiano Herald Sun, la vida amorosa de esta estrella es una montaña rusa. Divorciado de Frost, junto a quien tuvo tres hijos, Rafferty, Iris y Rudy, de 18, 13 y 12 años respectivamente, Law cuenta con otros dos hijos. La primera nacida de una relación con Samantha Burke quien fue niñera de sus hijos. Y la segunda, nacida el pasado marzo, concebida junto a la actriz Catherine Harding, a quien conoció durante el rodaje de Spy.
El sueño no cumplido de Law es ser James Bond algo que es “casi una religión para cualquier británico”. Su nombre estuvo entre los que se rumorearon cuando Daniel Craig fue elegido. Pero Law asegura que nunca existió una audición. “En casos así simplemente te llaman”, advierte. Aficionado al fútbol sigue al Tottenham Hotspurs pero también le gusta y la pintura. “También me gustaría aprender a tocar un instrumento pero siempre digo lo mismo”, apostilla. Sobre sus hijos reflexiona: “No sé lo que serán de mayor pero una cosa te digo, no veo a los nuevos Laws de astrólogos, científicos o matemáticos. Nos atraen las artes”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.