La locura del Saloufest no para

4.300 jóvenes forman parte de la segunda expedición de británicos que ha desembarcado en el Saloufest. Después de viajar en ferry hasta Francia y 20 horas de autobús, desembarcan en la localidad tarraconense como toros saliendo de corrales. Son unos pocos días en los que no desperdician ni un minuto en dormir. Se dedican al alcohol, las juergas y los riesgos, como el que en la primera tanda de estos viajes, hace una semana, corrió una chica de 21 años que se tiró voluntariamente desde el cuarto piso del hotel donde se alojaba y sufrió traumatismo craneoencefálico. 

Los vecinos se dividen entre los que sufren estos excesos, y se quejan de suciedad, ruidos y falta de civismo, y los que hacen negocio con ella: se calcula que el Saloufest genera unos ingresos de cinco millones de euros.

La polémica sube de nivel ya que el ayuntamiento quiere que deje de utilizarse la marca Salou porque creen que daña su imagen turística. Esta localidad de la Costa Dorada fue la primera que obtuvo, en 2002, el sello de turismo familiar. Hasta ahora no habían considerado que la fiesta perjudicase esa imagen, pero tras quince ediciones han cambiado de opinión.