_
_
_
_
_

Los Obama reflexionan sobre la discriminación racial

Hoy viven en una burbuja en la Casa Blanca, pero el presidente afirma que el racismo es "un problema sistémico" de EE UU que él y su mujer han vivido

El matrimonio presidencial de EE UU Barack y Michelle Obama.
El matrimonio presidencial de EE UU Barack y Michelle Obama.CORDON PRESS

La primera familia de Estados Unidos habla de su experiencia con el racismo, en un momento especialmente delicado por las movilizaciones que se viven desde hace semanas por todo el país a raíz de dos casos de brutalidad policial en los que los agentes fueron exculpados. Barack y Michelle Obama saben que están en una burbuja, protegidos por una tropa de agentes del Servicio Secreto. Pero rechazan estar aislados y recuerdan en una entrevista con la revista People cómo vivieron su color antes de ocupar la Casa Blanca.

Barack Obama anda con pies de plomo cuando se trata de abordar la cuestión de la discriminación y los estereotipos raciales, pese a que cuando se presentó por primera vez al mundo lo hizo con un poderoso discurso contra la distinción entre razas. “No hay una América blanca, no hay una América negra, ni latina ni asiática. Solo hay unos Estados Unidos de América”, dijo el entonces senador de Illinois ante la convención que celebró el partido demócrata en el verano de 2004, dos años antes de postularse a la presidencia.

El problema lo aborda más desde la perspectiva personal que política. En la conversación con People recuerda un caso muy concreto, cuando el ahora presidente de la mayor potencia del mundo fue confundido en una cena de etiqueta con un criado y uno de los invitados le pidió que le trajera un café. Es algo que ya contó en otra ocasión. Michelle señala que “la gente tiende a olvidar” que hace seis años Barack “era un hombre negro que vivía en el sur de Chicago” y tenía “problemas para como coger un taxi”.

Michelle Obama empuja un carrito de supermercado en la tienda en la que una mujer le pidió que le cogiera un producto de la estantería, en septiembre de 2011.
Michelle Obama empuja un carrito de supermercado en la tienda en la que una mujer le pidió que le cogiera un producto de la estantería, en septiembre de 2011.CHARLES DHARAPAK (AP)

El enfrentamiento con los estereotipos raciales de los Obama no queda tan lejos. Admiten que sus problemas son menores cuando se compara con la experiencia de otras generaciones. “Una cosa es ser confundido en una gala con un camarero y otra muy distinta es que a tu hijo lo confundan con un ladrón y sea esposado, o algo peor, si resulta que iba paseando por la calle porque iba vestido como van vestidos los adolescentes”, comenta Obama.

El grueso de la entrevista de los Obama se publicará en el número de People que llegará este viernes a los quioscos, pero la publicación ya ha colgado una anticipo del reportaje en su página web. La primera dama estadounidense recuerda otro episodio en una vista a un local de una cadena de hipermercados, hace tres años cuando ya era inquilina de la Casa Blanca. “La única persona que se me acercó fue una mujer que me pidió que le ayudara a coger algo que estaba en una estantería”, comenta. Eso fue a las afueras de Washington. “Estas cosas pasan en la vida diaria (de los afroamericanos). No es nada nuevo”, señala en una conversación que se desarrolla durante media hora. A lo que añade Barack Obama: “No hay un negro de mi edad que no haya salido de un restaurante y mientras espera que le traigan su coche, alguien no le de sus llaves”. Es algo que también le pasó alguna vez, aunque a continuación reconoce que las cosas han ido a mejor para la comunidad negra. Aunque insiste en que hay que hacer más.

Los Obama tratan de esta manera de identificarse en primera persona con la discriminación racial que vive la comunidad negra de EE UU, incluso cuando llegan a lo más alto de la sociedad y se formaron por las mejores universidades del país, como es el caso de ambos. También aprovechan la entrevista para retar a todo el país a que de un paso adelante y supere este reto de la discriminación basada en el color de la piel. “Es un hecho que hay un problema sistémico”, concluye el presidente

Barack Obama aplaudió a los deportistas y celebridades que, como LeBron James, la gran estrella de la liga profesional de baloncesto, se están movilizando contra la brutalidad policial. Hasta el punto de comparar el gesto que hizo el de los Cleveland Cavaliers con el papel que desempeñaron en el pasado figuras como Muhammad Ali, Arthur Ashe y Bill Russell: “Me gustaría ver a más atletas haciendo lo mismo, pero no solo con esta cuestión de la discriminación racial, sino en otras más”.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_