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Zuckerberg, el genio de la camiseta gris

El fundador de Facebook viste siempre la misma prenda para ahorrar tiempo

Mark Zuckerberg en una conferencia en India en octubre.
Mark Zuckerberg en una conferencia en India en octubre. Bloomberg

Es tímido, casi retraído, pero no duda en arrancarse a hablar en chino para reforzar la expansión de Facebook, su producto, su invención, su juguete. Mark Zuckerberg es entregado, casi obsesivo, con aquello que le interesa, pero, cuando considera que algo no merece la pena, no está dispuesto a invertir ni un segundo de su preciado tiempo.

Durante un reciente encuentro con trabajadores y usuarios desveló el secreto de una de sus principales señas de identidad: la camiseta gris que viste a diario. “Quiero aclarar que tengo varias. Algunas investigaciones indican que tomar decisiones pequeñas, tales como qué ponerse o qué desayunar, cansa. No voy a desperdiciar mi atención en decisiones frívolas. Sé que suena un poco tonto, pero es lo que hacía Steve Jobs y también lo hace el presidente Obama”, aclaró.

Antes que la camiseta gris, Zuckerberg vistió una sudadera azul que promocionaba su propia página. Lo hizo durante años, aunque en 2009 se dio un respiro y decidió ponerse corbata para mostrar su compromiso empresarial en los peores momentos de la crisis de Estados Unidos. Esta no es su única manía. En 2011 tomó una extraña decisión: comer la carne procedente exclusivamente de animales que hubiese matado él mismo. En su perfil todavía se pueden encontrar imágenes de un cerdo a la brasa y una cabra.

Su relación con el dinero también es un tanto extraña. Cuando tenía 19 años Microsoft le ofreció dos millones de dólares (más de 1,5 millones de euros) por Synapse, una aplicación de música. Él prefirió liberar el código online de forma gratuita. En sus inicios, sin embargo, se le acusó de avaro. Tanto los hermanos Winklevoss —supuestamente los primeros que tuvieron la idea de Facebook—, como el cofundador y primer inversor de la página, Eduardo Saverin, volvieron a los juzgados para reclamar mayores indemnizaciones.

Los creadores de WhatsApp no pueden decir lo mismo. Zuckerberg pagó por la aplicación de mensajería un total de 22.000 millones de dólares (unos 17.500 millones de euros), de los que 15.314 (más de 12.000) fueron entregados, según reconocen, en concepto de fondo de comercio. Tampoco su hermana Randy tiene motivos para quejarse. En su autobiografía relata cómo fue fichada en calidad de responsable del departamento de márketing de Facebook. Mark Zuckerberg le ofreció una cantidad de dinero y un cierto número de acciones. Pero ella prefirió un salario más amplio a cambio de perder participaciones. “Hazme caso, no toques esa cifra [de acciones]. Es por tu bien”, le dijo. Hace dos años abandonó su puesto para crear una asesoría, aunque bien podría haber dejado de trabajar para siempre gracias a la generosidad de su hermano.

Además de con su tiempo y su dinero, Zuckerberg es particular con su vida íntima. Tras comprarse una casa en Palo Alto, muy cerca del cuartel general de Facebook, decidió adquirir todas las que la rodeaban por 34,5 millones de euros. No ha trascendido cómo es el interior de su hogar, pero sí que hay tres citas enmarcadas : “La fortuna favorece a los audaces”, de Virgilio en La Eneida; “Todos los niños son artistas. El problema es cómo seguir siéndolo una vez que creces”, de Pablo Picasso; y “Haz las cosas lo más simples posible, pero no más simples”, de Albert Einstein.

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