¿De qué demonios se ríen estos diputados?
De acuerdo con las estadísticas de la Unión Europea -no con las de Oxfam o las del Partido Troskista- uno de cada tres niños españoles (2,7 millones) viven en la pobreza o en riesgo de exclusión social. Como demostrará UNICEF en un detallado informe a finales de este mes, la crisis ha tenido un efecto devastador sobre los menores, que han sufrido de manera intensa, lo han hecho más que ningún otro grupo social y pagarán las consecuencias de por vida. El Estado ha fracasado de manera abrumadora a la hora de prevenir esta situación y de sentar las bases de una recuperación que salve a toda una generación del sufrimiento y la falta de expectativas, dejando el trabajo sucio en manos de las ONG.
Si esto es así, ¿por qué algunos diputados del Partido Popular se han mofado del líder del PSOE cuando este ha hecho referencia en el debate presupuestario de esta tarde al drama de la pobreza infantil en España? Los medios describen la misma escena que hemos visto demasiadas veces en el Parlamento: un puñado de diletantes políticos a los que nadie ha elegido de forma directa y que han hecho del arribismo un estado de vida se mofan de los problemas ajenos como si esto fuese el patio de un colegio. ¿Es que no entienden la vergüenza de un niño que se ve marcado por no poder llevar un libro de texto o renunciar a la excursión que sus padres no pueden pagar? ¿Realmente les importa un bledo la ansiedad de una madre que pone macarrones de cena noche tras noche porque las cosas no dan para más? ¿A qué demonios viene forzar las costuras del país con el intento de reforma del aborto cuando demuestran este desprecio intolerable por los que ya han nacido?
La verdad: parecen inmorales, pero el problema real es que no se enteran de absolutamente nada. Viven blindados frente a la realidad. Solo así se explica que en medio de este huracán social las instituciones españolas no hayan situado la pobreza infantil en el centro del debate público. Un autismo que comparten otros partidos y la gran mayoría de los medios de comunicación. Estamos hasta el gorro de los debates territoriales, de la corrupción sin consecuencias, de la manipulación informativa. Líbrenos San Cucufato de un gobierno de Podemos, pero el panorama al que hacemos frente es sencillamente desolador.
Casi tres millones de niños: sus vecinos, los compañeros de colegio de sus hijos, los que ni siquiera saben que son pobres. Si se van a seguir mofando de esta situación, ahórrennos al menos el espectáculo y reúnanse de madrugada.
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