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Antonella, la discreta hincha de Leo Messi

Huye de la vida social y no concede entrevistas. Pero ha salido de su escondite para apoyar al astro argentino en el Mundial

Alejandro Rebossio
Antonella en el partido del mundial contra Suiza.
Antonella en el partido del mundial contra Suiza.LAURENTVU/TAAMALLAH/SIPA (cordon press)

En este Brasil 2014 en el que Lionel Messi puede convertirse en campeón del mundo por primera vez en su vida y acercarse así al altar en el que los argentinos mantienen a Diego Armando Maradona, el delantero del Barcelona ha contado con una hincha inseparable en las tribunas. Entre decenas de miles de compatriotas suyos que llegaron por tierra y aire a Brasil, siempre aparece en las fotos su pareja, la bella Antonella Roccuzzo, su novia de toda la vida, la que conoció cuando tenía seis o nueve años, según cuentan diversas biografías del futbolista. La madre de su hijo Thiago lo acompaña en las gradas de la Copa. Nunca ha concedido entrevistas. Solo se comunica con el gran público mediante su cuenta de Instagram. Messi, también de pocas palabras dentro y fuera del campo, siempre se ha aferrado a su familia. Todos están ahora en Brasil, aunque los padres, hermanos y sobrinos de la Pulga intentan pasar desapercibidos.

Antonella es la prima de su mejor amigo, Lucas Scaglia, actual centrocampista del Deportivo Cali, de Colombia. Los tres son de Rosario, la tercera ciudad de Argentina. Leo y Lucas jugaron juntos en la cantera del Newell’s Old Boys.

El pasado 24 de junio, cuando Messi cumplió 27 años, Antonella difundió un vídeo por Instagram con fotos de ellos dos, incluida una de un pequeño Messi con la camiseta roja y negra del club rosarino. Ya de niños jugaban a ser novios. Ella es solo un año menor que él. “Algún día vas a ser mi novia”, le escribió él en una carta. Comenzaron su relación cuando eran púberes, pero se interrumpió cuando a los 13 el jugador se marchó al Barça, que se comprometió a pagar el tratamiento de más de 600 euros al mes para que ganara altura.

Llego a casa y le digo que metí dos o tres goles y ni me oye", confiesa Messi

Así que toda la familia Messi se marchó a Barcelona. Pero la más pequeña del clan, María Sol, no se adaptó; sufría las burlas de sus compañeros de escuela porque desconocía el catalán, según contó Messi. Entonces la madre se llevó a María Sol y a los dos hermanos mayores del futbolista, Rodrigo y Matías, de regreso a Rosario. El padre se quedó en Barcelona, donde su hijo debutó a los 17 años, en 2004, en Primera División y en la selección juvenil de Argentina. Un año después se nacionalizó español. También ese año volvió a retomar su relación con Antonella en una de sus habituales vacaciones en Rosario. Pero no se hicieron novios oficiales hasta 2007 y no posaron ante los fotógrafos hasta 12 meses después. Pero hasta 2009 Messi no reconoció: “Tengo novia y es argentina”. Ni siquiera entonces desveló su nombre.

Antonella es la segunda de tres hermanas hijas del dueño de una cadena de seis supermercados de Rosario. Estudió en un colegio metodista y después ingresó en la universidad pública. Mientras comenzaba a coquetear otra vez con Messi, probó varias carreras. Empezó cursando Odontología, después Comunicación Social y finalmente optó por Nutrición. La Negra, como le llaman sus seres queridos, practicó gimnasia deportiva desde los 7 hasta los 13 años. En la actualidad mantiene su figura haciendo zumba, la disciplina que combina danzas y ejercicios, que compartía con su mejor amiga en España, Daniella Semaan, la modelo libanesa casada con Cesc Fàbregas. Daniella ahora se marcha a Londres con el nuevo jugador del Chelsea. Las amigas se despidieron por Instagram. La libanesa la llamó “hermana” y la argentina le respondió: “Gracias por ayudarme a ver lo bueno dentro de lo malo”.

En 2010, una periodista de la agencia alemana de noticias DPA viajó a Rosario para contar los orígenes del futbolista. La madre de Messi dijo de la novia de su hijo: “Aún estamos estudiándola”, según relata el libro El misterio Messi, de Sebastián Fest y Alexandre Julliard. Fest considera que Celia era tan celosa de su hijo como cualquier madre y que Messi está tan aferrado a su familia como muchos otros deportistas sobresalientes. Pero finalmente Antonella se incorporó al clan. La pareja no se ha casado, pero en 2012 tuvieron a Thiago y se mudaron de la mansión familiar de Castelldefels a un apartamento en el barrio barcelonés de Pedralbes, cerca de la residencia de los duques de Palma.

Ella lo acompaña siempre en los partidos que se juegan en el Nou Camp. También estuvo en el Mundial de Sudáfrica 2010, el año en que un abuelo de Messi habló en radio de una supuesta separación. En los últimos años no han dejado de intercambiarse mensajes de amor por Instagram. “El tiempo pasa, el sentimiento es el mismo”, escribió hace poco Roccuzzo en la red social.

En Brasil están todos los Messi. Antonella, que nunca ha aparecido públicamente con niñeras, lleva siempre en brazos a Thiago al campo y le muestra a su papá. Ambos acompañan a Messi en la concentración de la selección argentina, en Belo Horizonte. El resto de la familia se hospeda en Río de Janeiro y no suele aparecer en los medios. Solo se ha visto al padre, que salió a la luz para negar que los partidos solidarios de su hijo hubiesen sido una estafa. Tanto él como Messi están investigados por presunto fraude tributario. Los hermanos del astro, Rodrigo, Matías y María Sol, se encargan de asistirlo en todo, desde la gestión del dinero hasta de ocuparse de las redes sociales.

Antonella cría a Thiago y sufre por su pareja. Antes de los partidos de cuartos de final confesó que la campaña argentina le daba “algo de miedo”. Después de ese partido rompió en llanto. Antes de la semifinal posó con algunas esposas de compañeros de su marido, incluida la de Martín Demichelis, la modelo Evangelina Anderson, y la de Fernando Gago, la extenista Gisela Dulko. “Haciéndole el aguante a los chicos”, escribió Dulko en Twitter.

Roccuzzo estará mañana en la final. “No le interesa [el fútbol]”, aclaró una vez Messi. “Muchas veces, cuando vuelvo a casa, le digo que metí dos o tres goles ¡y ella ni me oye!”, ha explicado el delantero.

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