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EL COMIDISTA
Columna
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El restaurante que recibió su merecido

Cada vez creo más en las webs en las que la gente opina, y no sólo por su fiabilidad cuando tienen una cantidad respetable de comentarios. A veces en ellas se producen sucesos mágicos

Mikel López Iturriaga

Cada vez que hablo con hosteleros de las webs en las que la gente opina sobre restaurantes y los califica con estrellas, oigo similares llantos: que si muchas críticas son injustas, que si algunas están escritas por la competencia, que si ciertos clientes son insoportables... En ese momento me siento solidario con ellos, sobre todo con lo de los clientes: he visto merecer a más de uno la deportación a Sudán del Sur, a Corea del Norte o a cualquier país en el que se pase mucha, pero mucha hambre.

Sin embargo, cada vez creo más en la utilidad de estos sitios, y no sólo por su fiabilidad cuando tienen una cantidad respetable de comentarios. A veces en ellos se producen sucesos mágicos, como el ocurrido estos días en la página de Yelp dedicada al restaurante Big Earl’s, en Pittsburg (Texas). Este establecimiento “familiar” tuvo sus 10 minutos de fama la semana pasada, después de que una pareja gay denunciara haber recibido un trato pelín homófobo por parte de la camarera. “Aquí no servimos a maricones”, les soltó. “Nos gustan los hombres que actúan como hombres y las señoritas que actúan como señoritas, así que no queremos que volváis”.

Desde que el caso apareció en la tele, la página de Facebook del local ha recibido el previsible y merecido aluvión de protestas (y también de muestras de apoyo, que los cenutrios no escasean en este planeta). Pero en Yelp pasó algo mucho más mágico: los usuarios empezaron a colgar comentarios que describían el Big Earl’s como un efervescente bar gay. “El pollo está duro y seco, las tortitas saben a madera y los huevos están podridos, pero los chicos son calientes, calientes, calientes”. “Muy decepcionada. Resulta que es sólo gay, no hay nada de acción lésbica”. “El glory hole [pequeño agujero circular en los paneles que separan un váter de otro, cuyo uso pueden ustedes imaginar] del último baño es legendario”.

No contentos con este fino troleo textual, otros usuarios han subido fotos falsas del equipo de camareros (una colección de cachas abrazados y apenas vestidos con un escueto speedo) o de comensales ataviados con la ropa del Ku Klux Klan. Tras más de 150 críticas, la puntuación del Big Earl’s ha quedado reducida a una estrella y media sobre cinco, y bien podríamos decir que su reputación online está destruida. ¿Moralejas? Internet ha dado el poder a la gente para castigar conductas discriminatorias; el humor es a veces la mejor arma contra la intolerancia, y si vas por Texas, vigila dónde te metes.

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Sobre la firma

Mikel López Iturriaga
Director de El Comidista, web gastronómica en la que publica artículos, recetas y vídeos desde 2010. Ha trabajado como periodista en EL PAÍS, Ya.com o ADN y colaborado en programas de radio como 'Hoy por hoy' (Cadena Ser), 'Las tardes de RNE' y 'Gente despierta'. En televisión presentó programas como El Comidista TV (laSexta) o Banana split (La 2).

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