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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Conductas sanitarias

El presidente de la Organización Médica Colegial, Juan José Rodríguez Sendín, inició el debate sobre la necesidad de penalizar económicamente el mal uso de la sanidad pública por parte de los pacientes. Pago por visitas a urgencias no justificadas, por citas programadas no atendidas y pruebas complementarias no recogidas.

Me gustaría que este ánimo justiciero del presidente del máximo órgano de representación médica se aplicara también a otros comportamientos en el sector sanitario con aspectos profesionales y éticos más que dudosos.

En la cartera de prestaciones sanitarias públicas del Sistema Nacional de Salud aparecen cantidad de tratamientos farmacológicos y prácticas asistenciales de dudoso o nulo valor terapéutico, según las calificaciones de las propias agencias de valoración del Ministerio de Sanidad y las correspondientes consejerías autonómicas. Estas prácticas sanitarias no eficientes suponen, además de un significativo gasto de recursos públicos, un aumento importante de la carga asistencial y una medicalización excesiva de la población. Sin olvidar la gran cantidad de trabajo burocrático que se exige a los profesionales de atención primaria desde la misma Administración, que es uno de los motivos de la hiperfrecuentación de los ambulatorios con las consecuentes demoras en atención aguda y la derivación de los pacientes a los servicios de urgencias hospitalarios. Por este motivo, además de equipararnos también en la buena gestión de recursos públicos a otros países, que, como se menciona en el artículo, se aplica un copago por asistencia sanitaria, se fortalecería la capacidad pedagógica del sistema sanitario público ante los ciudadanos.— Antoni Agustí. Médico de atención primaria. Olot, Girona. 

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Haría bien el presidente de la Organización Médica Colegial en no opinar de asuntos que no son de su competencia (el supuesto abuso del servicio de urgencias) y sí ocuparse de lo que es su responsabilidad principal: la calidad de la asistencia, listas de espera, citas con criterios administrativos, agendas de los facultativos (dos minutos por paciente), etcétera.— Manuel Peleteiro Fernández. Santiago de Compostela, A Coruña.

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