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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Los pasos correctos

Peña Nieto moviliza al Estado mexicano contra el crimen organizado y toda clase de violencia

El País

Con la autoridad que le da el haber puesto en marcha reformas transformadoras impensables durante mucho tiempo en México, el presidente Enrique Peña Nieto ha iniciado una importante batalla para construir modelos de desarrollo que libere a la sociedad del yugo de la violencia. Acompañado de todo su Gabinete —algo inédito en México—, el presidente lanzó ayer desde el Estado de Michoacán un mensaje claro: rescatarlo no solo de los criminales que han tomado como presa a sus habitantes, sino, sobre todo, de la trampa mortal que condena a sociedades que sufren pobreza y marginación a ver en los delincuentes a supuestos redentores que acaban por convertirse en verdugos de los que les abrieron la puerta.

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Michoacán padece violencia y desgobierno desde hace décadas. Pero la degradación tocó fondo hace un año, cuando la incapacidad de las autoridades estatales y el abandono del Gobierno federal desembocó —febrero de 2013— en el surgimiento de las llamadas autodefensas, grupos de ciudadanos de zonas ganaderas y agrícolas que, desesperados por asesinatos y violaciones de hijos y mujeres, se tomaron la justicia por su mano.

El surgimiento de estas autodefensas ha causado la alarma en México. Al amparo del comprensible deseo de defenderse cuando el Estado falla, algunos han visto con ingenuidad o romanticismo este movimiento. Pero hay bandas criminales que pueden aprovechar para infiltrarse en estos grupos ciudadanos, adueñarse de nuevos mercados y rutas para sus negocios ilícitos y profundizar aún más la descomposición social a través del lenguaje de las armas y la violencia.

Por eso la gira de Peña Nieto es mucho más que un acto de gobierno: debe ser la manifestación de un Estado que sumará políticas públicas de envergadura a los esfuerzos policiales y militares que desde el 13 de enero se han hecho para recuperar el control de los territorios de Tierra Caliente, donde las autodefensas lograron arrinconar a los criminales del cartel de Los Templarios.

Las autodefensas pueden reivindicar un doble éxito: el repliegue de los criminales y hacer que el Gobierno auxiliara, como nunca antes lo había hecho, a esos pueblos. Ahora el gran reto del presidente mexicano —que anunció inversiones sociales por encima de los 2.500 millones de euros— es convertir esta iniciativa en los primeros pasos para que se reconstruya en Michoacán el tejido social que el poder criminal fue erosionando durante años.

Hace falta tiempo para que se afiance la convivencia. Habrá que hacer justicia a las víctimas, crear policías fiables y, sin duda, reconstruir una política en la que nunca más haya funcionarios insensibles que miren hacia otro lado cuando los ciudadanos son convertidos en víctimas. Para las autodefensas ha llegado la hora de desmovilizarse. Para los políticos, la de elegir entre el pasado y el futuro. El presidente Peña Nieto no puede fallar en este proyecto.

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