Un respiro para Italia

El primer ministro de Italia, Enrico Letta, del Partido Demócrata, ha puesto fin a dos meses de bloqueo político y ha logrado formar un Gobierno cuya composición permite albergar la esperanza de que sea lo suficientemente duradero como para afrontar la delicada situación del país. La fragmentación política derivada de las elecciones de febrero ha dificultado hasta el extremo la formación de Gobierno, pero Letta ha demostrado en apenas tres días ser capaz de concitar el consenso necesario, lo que dice mucho de su habilidad política.

El nuevo Ejecutivo está marcado por la presencia de personalidades de reconocida trayectoria y de fuerte compromiso europeísta. Esta es sin duda una señal muy positiva para Europa, pues la inestabilidad de una de sus principales economías sería un riesgo demasiado grande en plena crisis de la eurozona. Destaca la presencia de la independiente y muy veterana Emma Bonino, que fue comisaria europea, en el Ministerio de Exteriores. Le acompañan otras seis ministras, un dato más que significativo. Pero la clave del nuevo Gobierno está en las carteras de Economía y de Justicia, las más disputadas. En la primera, Letta ha situado a Fabricio Saccomani, otro independiente de proyección internacional que ha pasado por el Banco de Italia y el Fondo Monetario Internacional. A destacar que el siempre problemático exprimer ministro Silvio Berlusconi no haya conseguido controlar Justicia, cuya titular será Ana Maria Cunilleri, exministra con Mario Monti. Berlusconi ha colocado a su hombre de confianza, Angelino Alfaro, en Interior, pero parece que no tendrá capacidad de maniobra para interferir, como siempre ha pretendido, en los procesos judiciales en curso contra él. Es una buena noticia, para Italia y para Europa, que las principales fuerzas hayan logrado formar por fin un Gobierno con alta capacidad técnica a la vez que política, lo que permite esperar que no sea un mero Gabinete de transición a la espera de nuevas elecciones.