Los ricos esquivan al fisco en One Hyde Park
Los apartamentos diseñados por Richard Rogers, albergan a millonarios como Vladimir Doronin, novio de Naomi Campbell; Rinat Akhmetov, el hombre más rico de Ucrania y el primer ministro Qatarí Algunos de los pisos, valorados en 100 millones de media, han sido comprados a través de paraísos fiscales
A los multimillonarios la crisis ni les despeina. Los promotores de One Hyde Park, el conjunto residencial de apartamentos más caro del planeta, temieron allá por 2008 que con Londres y su universo inmobiliario en caída libre a causa de la recesión, los cuatro edificios que le habían encargado al "superarquitecto" británico sir Richard Rogers, con vistas de lujo a Hyde Park y anunciados como ‘la dirección más exclusiva del mundo’ pudieran peligrar ante la crisis. Pero el tiempo ha demostrado que quien tiene muchos millones, apenas sufre cuando el resto del mundo tiembla. Por no hablar de lo suculento que puede ser un apartamento de 100 millones de euros para evadir impuestos.
Esa es la conclusión a la que uno llega tras leer la larga lista de propietarios que han comprado casa en One Hyde Park desde que se pusieron a la venta en 2008 y revelada por la revista Vanity Fair en su número de abril. Construir este capricho para multimillonarios con 86 apartamentos distribuidos en cuatro edificios conectados entre sí, concebidos por el mismo arquitecto que co-firmó el museo Pompidou de París y con toda una serie de comodidades como que el hotel Mandarin te cambie las toallas o te haga la comida a diario, costó 1100 millones de euros. Era la cifra más alta que jamás se había puesto sobre la mesa para construir apartamentos de lujo en la historia. Obviamente los promotores de esta arriesgada apuesta, el consorcio Project Grande, formado por el jeque Hamad bin Jassim bin Jaber Al Thani, (Primer Ministro de Qatar) y los hermanos Christian y Nick Candy, célebres diseñadores de interiores reconvertidos en genios del mercado inmobiliario, querían recuperar su inversión.
Y de momento, no les ha ido mal. Según la investigación de Vanity Fair, que firma Nicholas Shaxson, ya habrían ingresado 2.000 millones de euros a través de la venta de 76 de los apartamentos, cuyas cifran oscilan entre los cuatro millones de euros y los 160 millones el más caro. Pero lo que ha provocado el desconcierto en Londres es descubrir que solo 17 de los 76 son oficialmente residencias. El resto de propiedades han sido adquiridas a través de empresas ubicadas en paraísos fiscales de medio mundo, lo cual significa que los propietarios nunca tendrán que pagar impuesto de sucesiones ni de plusvalía, por no hablar del llamado council tax, el impuesto que todo ciudadano paga por residir en Gran Bretaña, ya sea en una casa de alquiler o en propiedad.
Detrás de empresas ubicadas en lugares tan exóticos como las islas Caimán o las Islas Virgen se ocultan personajes como Vladislav Doronin, un magnate inmobiliario ruso ahora famoso por ser novio de Naomi Campbell. También está la baronesa Folorunsho Alakija, nigeriana, cuya fortuna asciende a 2.500 millones de euros –lo que la convierte en la mujer negra más rica del mundo- y quien se habría comprado cinco apartamentos por 95 millones en total pero a través de una serie de empresas ubicadas en la Isla de Man. El apartamento más caro, un triplex situado en la torre C, lo habría comprado el primer ministro Qatarí, que tampoco lo ha adquirido a su nombre si no a través de una empresa de su propiedad con sede en las Islas Caimán.
El hombre más rico de Ucrania, Rinat Akhmetov también se habría comprado dos apartamentos en las flamantes torres por un total de 167 millones de euros. Su fortuna total supera los 18.000 millones de dólares. Además hay varios multimillonarios asiáticos y de Kazajistán que engrosan una lista que sin embargo, los supuestos implicados no han confirmado, aunque tampoco se han apresurado en desmentirla. Todos disfrutarán de sala de cine privada, piscina, saunas, simulador de golf, iluminación comunitaria firmada por el artista James Turrell y si se aburren siempre podrán visitar el Abu Dhabi Islamic Bank, con sede en One Hyde Park y después gastarse algo de calderilla en las tiendas de Rolex y McClaren. Y todo sin salir de su portal.
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