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Entre Margaret Thatcher y Madonna

Los ‘tories’ pierden a su diputada estrella, Louise Mensch, esposa del mánager de Metallica Frió a preguntas a Rupert Murdoch en la comisión que investigó el escándalo de las escuchas Es célebre por atreverse a reconocer haber consumido drogas y por sus novelas de 'chick lit'

Louise Mensch, fotografiada en Londres en mayo, cuando alcanzó gran popularidad con sus intervenciones en la comisión que investigó el escándalo de las escuchas telefónicas ilegales en la prensa británica.
Louise Mensch, fotografiada en Londres en mayo, cuando alcanzó gran popularidad con sus intervenciones en la comisión que investigó el escándalo de las escuchas telefónicas ilegales en la prensa británica. OLIVIA HARRIS (REUTERS)

La diputada británica más cool, según muchos de sus 100.000 seguidores en ­Twitter, acarrea a sus 41 años un animado currículo que transita desde sus tiempos laborales en la industria musical y el consumo de drogas duras hasta su conversión en novelista de éxito y finalmente el desembarco en la Cámara de los Comunes. El perfil de Louise ­Mensch no casa en absoluto con el de los parlamentarios tories al uso, pero quizá por ello apenas le han bastado dos años en el escaño para afianzarse una proyección mediática que ha sido la envidia de muchos colegas.

El inesperado anuncio, esta misma semana, de que abandona el acta de Westminster ante la incapacidad para conciliar el trabajo con su vida familiar ha sorprendido a quienes veían en ella a una futura estrella del Partido Conservador. Mientras los analistas hacen cábalas sobre ese gesto, Mensch está ya preparando las maletas para trasladarse a Nueva York, la ciudad en la que reside su segundo marido y mánager del grupo de ­rock duro Metallica.

Su dimisón priva al primer ministro, David Cameron, de uno de los rostros más jóvenes y refrescantes con los que pretendía renovar la imagen de su rancio partido

Con su repentino apeo de la política, Mensch no solo deja su escaño por Corby a merced de las ambiciones de la oposición laborista (en otoño habrá una elección parcial en esta circunscripción del norte de Inglaterra), sino que sobre todo priva al primer ministro, David Cameron, de uno de los rostros más jóvenes y refrescantes con los que pretendía renovar la imagen de su rancio partido.

Presencia constante en diversidad de publicaciones (incluidos posados de modelo para los magacinesdominicales) y asidua de los debates de la pequeña pantalla, que la hicieron popular porque siempre decía lo que pensaba, la telegénica y deslenguada diputada adquirió talla nacional durante sus intervenciones en la comisión que investigó el escándalo de las escuchas ilegales en la prensa británica. En su condición de miembro del comité parlamentario encargado de dirigir las sesiones, achicharró literalmente a preguntas a Rupert Murdoch y su hijo James sobre los pinchazos telefónicos supuestamente perpetrados por el extinto tabloide News of the World.

UNA VIDA AUTONOVELADA

La novela debut de Louise Mensch ('Career Girls', 1995) está protagonizada por una rubia estudiante de Oxford determinada a triunfar en la industria musical, como lo fuera la propia escritora. Para ello decide trasladarse a Estados Unidos, donde entabla una relación sentimental con un importante magnate del gremio que acaba convirtiéndose en su marido… Tres lustros después de haber concebido esa trama y apenas cumplido uno año de su entrada en la Cámara de los Comunes, la diputada aprovechaba un receso parlamentario para volar a Nueva York y casarse con Peter Mensch, el veterano manager de Metallica, Jimmy Page y los Red HoT Chilli Peppers. De aquella ceremonia privada en Manhattan (junio de 2011) solo se supo cuando uno de los amigos de la pareja colgó una felicitación en Twitter. No hubo margen para la luna de miel y la política conservadora regresó a Londres sin su segundo marido, quien al parecer nunca contempló cambiar su país de residencia. Fracasado el intento de vivir en dos continentes distintos, la música ha podido con la política y es ella quien se dispone a cruzar el charco para iniciar una nueva vida. Sus primeros proyectos pactan por publicar un libro "algo más literario" que sus predecesores y potenciar en EE.UU. su red social, Menshn, entre cuyos foros destaca uno dedicado a la política americana.

A los pocos días de que la dipu­tada inquiriera al magnate de la comunicación si pensaba dimitir por el papel de su grupo en el escándalo de las escuchas, fue contactada por un “periodista de investigación” que pretendía indagar sobre su relación de juventud con las drogas. ­Mensch cogió el toro por los cuernos y, sin declararse “arrepentida” como suelen hacer los políticos anglosajones con sus pecadillos, sí confirmó públicamente que había consumido sustancias ilegales durante su etapa laboral en el sello discográfico EMI.

Su relato de cómo las drogas llegaron a mermar algunas de sus capacidades (como la pérdida de memoria) no gustó demasiado entre los tories, pero le mereció el respeto general por su sinceridad y se tradujo en un aumento del número de seguidores de su cuenta de Twitter, probablemente la más nutrida de la que pueda alardear un miembro electo del Parlamento. Hace dos meses decidió lanzar su propia red social, Menshn, después de que uno de sus seguidores en Twitter escribiera amenazas contra sus hijos. ­Menshn funciona de forma similar a la famosa plataforma de micro­blogging, pero entre sus distintos foros de debate destacan los de contenido político.

Ese éxito de convocatoria en las redes ha sido el reflejo del ascenso meteórico en la política de esta hija de la clase media acomodada inglesa, nacida en ­Sussex en 1971, educada en un colegio católico y, tras su paso por la Universidad de Oxford, responsable de prensa en EMI y luego de marketing en la compañía Sony. A los 23 años decidió dedicarse a tiempo completo a la escritura, donde se estrenó con el título Career girls, la primera de las 14 novelas que lleva escritas dentro del género conocido en las islas como chick lit (algo así como literatura para mujeres jóvenes). Las ambiciones literarias de estos libros habitados por jóvenes heroínas urbanas son tan limitadas como exitosa su acogida comercial.

Admiradora de Margaret That­cher y de Madonna a partes iguales, Louise Mensch ha sido afín a los conservadores desde su primera juventud, si se exceptúa un breve coqueteo con el laborismo de Tony Blair. Liberal en lo social y conservadora en temas económicos, según su propia definición, pronto regresó al redil de los tories, que en 2010 acabaron planteándole el reto de arrebatar al Labour el escaño de Corby.

Su relato de cómo las drogas llegaron a mermar algunas de sus capacidades no gustó demasiado entre los tories, pero le mereció el respeto general por su sinceridad

Su triunfo electoral la convirtió en protegida de Cameron y le abrió las puertas de la Cámara de los Comunes, a la que accedió con su apellido de soltera y de novelista, Bagshawe, recién divorciada de su primer marido y padre de sus tres hijos. En junio del año pasado celebraba una nueva boda con el promotor musical Peter Mensch, que le lleva 19 años.

La pareja ha residido desde entonces en casas separadas por miles de kilómetros de distancia (ella, en Londres, y él, en Nueva York), una situación que la parlamentaria joven más famosa de Reino Unido acaba de zanjar con su salida abrupta de la escena política.

Muchas articulistas se han lamentado estos días de la decisión de esta feminista declarada, poniendo el acento en las dificultades para la conciliación familiar que afrontan las dipu­tadas británicas. Los juicios menos cándidos, sin embargo, apuntan a un gesto calculado de Mensch, cuando las encuestas empiezan a denotar la erosión del apoyo a los conservadores. La ambición permanecería intacta. Con su marcha al otro lado del Atlántico solo cambiaría el escenario y la búsqueda de una nueva actividad profesional en la que volver a brillar.

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