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Condenado al olvido el polémico documental de Lady Di

La película que defiende la tesis de que su muerte o fue accidental no verá la luz.- Su director se negó a cortar 87 escenas posiblemente conflictivas.

La princesa Diana con Dodi Al Fayed, en Saint Tropez (Francia), en verano de 1997.
La princesa Diana con Dodi Al Fayed, en Saint Tropez (Francia), en verano de 1997. CORDON PRESS

Una película ha quedado condenada a las tinieblas para siempre. La otra, seguramente menos conflictiva, quizás llegue a ver la luz el año que viene. Las dos tienen un denominador común: la princesa Diana de Gales. La primera, Asesinato ilegal, lo dice todo con el título: es un documental rodado por el actor y director británico Keith Allen que defiende la tesis de que la muerte de la exmujer del príncipe de Gales no fue accidental.

Fue presentada fuera de concurso en 2011 en el festival de Cannes y en el de Galway (Irlanda) y se han vendido los derechos de exhibición en todo el mundo. En todo el mundo menos en Reino Unido, porque ninguna aseguradora había querido correr el riesgo de cubrir los gastos de las demandas judiciales que puede generar después de que el director se negara a cortar 87 escenas potencialmente conflictivas.

Se esperaba que por fin se pudiera ver este mes de agosto en Estados Unidos, pero las aseguradoras se han retirado a última hora argumentando la posibilidad de denuncias contra sus delegaciones británicas si finalmente se estrena, según el diario The Sun. Esa decisión parece haber condenado el filme al ostracismo eterno.

Y permitirá al empresario egipcio Mohamed al Fayed, que ha financiado la producción con 2,5 millones de libras (3,1 millones de euros) perpetuar su tesis de que su hijo Dodi y la princesa Diana, la pareja del momento en aquel verano de 1997, fueron efectivamente asesinados y que hay una conspiración del establishment británico para que nunca se sepa la verdad.

En realidad, el filme no va tan lejos. A pesar de su título, defiende la tesis de que no fue un accidente, pero tampoco un asesinato premeditado. “Creo que lo que querían al provocar el accidente era darle un aviso a Diana y que cualquier declaración que pudiera hacer en el futuro pudiera ser atribuida a las secuelas del accidente. Pero creo que las cosas se les escaparon de las manos”, declaró Allen cuando el filme fue exhibido en Cannes.

En aquel momento también dejó claro que “no se trata de una película sensacionalista, sino un escrupuloso análisis de un proceso, de un proceso legal británico, y lo siento mucho pero revela cosas que no cuadran”.

De la otra película, que se llamará simplemente Diana y se espera que se estrene en 2013, ha sido dirigida por el alemán Oliver Hirschbiegel. La actriz Naomi Watts interpreta a la princesa. Se centra en los dos últimos años de su vida y en particular en su relación con el cirujano Hasnat Khan y, en menor medida, con Dodi al Fayed.

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