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La larga travesía del desierto de los concesionarios

La red de distribución se encuentra en uno de los momentos más duros de su historia El balance final puede ser la pérdida de 50.000 empleos

Transcurrido el primer tercio del año, y con una caída de las ventas de automóviles en torno al 7,5% (datos del 27 de abril), va ser difícil que se alcancen las 780.000 unidades previstas para todo el ejercicio por la patronal de los fabricantes, Anfac, que también ha revisado a la baja las previsiones de producción de las plantas instaladas en España para todo el año en unos 240.000 vehículos menos. La mayoría de los vehículos se exportan.

Y es que el panorama es cualquier cosa menos halagüeño. Y como éramos pocos, llegó la reforma laboral. Aunque ha sido acogida con satisfacción por la patronal, las nuevas condiciones de los trabajadores (reducciones salariales e incertidumbre en torno a la permanencia en el puesto de trabajo) han generado un “agujero importante” en las intenciones de compra, según Antonio Romero-Haupold, presidente de la patronal de los concesionarios (Faconauto). No obstante, Romero-Haupold está convencido de que “las cosas tienen que mejorar, porque no se puede caer más bajo”.

Los concesionarios se quejan de que los fabricantes les entregan más coches de los que pueden vender

Aunque, según Anfac, el tráfico en los concesionarios ha caído un 10% en abril, y “mayo será todavía peor”, el presidente de Faconauto señala: “Durante la última semana hemos empezado a tener más visitas, y aunque en niveles muy bajos todavía, algo es algo, porque hasta ahora no venía nadie”.

Romero-Haupold no ceja tampoco en su demanda de una ley de distribución para el sector, a pesar de haber sido ya rechazada por varios miembros del Gobierno. Considera que tras el paréntesis de su tramitación frustrada por el adelanto de las elecciones, las cosas han empeorado de nuevo. “Al ver suspendida la ley, los fabricantes se han envalentonado y han cancelado 1.500 contratos con sus concesionarios. Y además, algunas marcas están inflándonos de coches”.

Concesionarios y talleres están siendo, sin duda, la cenicienta de la crisis automovilística, con unas previsiones de pérdidas de empleo en torno a los 50.000 trabajadores. Según el presidente de la Asociación Nacional de Vendedores (Ganvam), Juan Antonio Sánchez-Torres, de no aplicarse un plan de incentivos para rejuvenecer el parque, “este año podrían perderse más de 3.000 empleos y echar el cierre más de 500 pymes solo en el sector de la distribución, que se unirían a los 40.000 puestos de trabajo y 2.500 empresas destruidos desde que estalló la crisis”.

Pero, de momento, el único respaldo que el Gobierno está dispuesto a dar al sector son las ayudas a la competitividad, de las que ha destinado 220 millones, más de la mitad, a la industria automovilística. A pesar de que se trata de una industria que, según el director de comunicación de Anfac, David Barrientos, no puede estar más en boga, al concentrar las dos grandes coordenadas en las que se pretende colocar actualmente la economía europea: “Austeridad, ya que no suponen ningún déficit las medidas expansivas que se pueden aplicar, y crecimiento, por su condición de locomotora de otros sectores”.

La política de rebajas lleva a que los márgenes comerciales sean mínimos y los distribuidores entren en pérdidas

Pero todo parece indicar que a concesionarios y talleres les queda todavía un importante trecho en su travesía del desierto. Según Romero-Haupold, “a partir de ahora, el negocio, con los estándares y las exigencias que plantean los fabricantes, no se puede hacer con menos gente. El funcionamiento exige una plantilla mínima aunque se vendan menos coches. Las únicas reducciones, por tanto, suponen el cierre de empresas”.

A finales de 2011, según Ganvam, la red de distribución estaba compuesta por 2.400 concesionarios, 4.940 servicios oficiales y 2.100 empresas de compraventa, lo que supone una reducción del 31%, 24% y 36%, respectivamente, durante los últimos cuatro años.

Por su parte, el presidente de la patronal de importadores (Aniacam), Germán López Madrid, señala que “el 80% de los concesionarios perdió dinero en 2011, lo que, unido a las medidas de austeridad puestas en marcha por el Gobierno, las nuevas retenciones del IRPF, el nuevo impuesto de sociedades y la falta de fluidez de créditos, podría suponer el cierre de más del 10% de las concesiones y una reducción del empleo de 5.000 personas”.

Cada vez se reparan menos los coches por la crisis. Este año el negocio caerá un 3%

La falta de créditos y la escasa respuesta por parte del sector bancario son otras de las losas del sector, ya que a los vendedores ambos aspectos les afectan a la hora de la venta: en España se financia el 80% de las compras de automóviles.

El Instituto de Crédito Oficial (ICO) mantiene abiertas algunas líneas, pero no reciben la correspondiente sanción por parte de la banca. Por eso, el presidente de Faconauto espera ser recibido durante los próximos días en el ICO para tratar de encontrar alguna salida a la situación planteada.

La rentabilidad media de las redes de concesionarios respecto a las ventas en 2011 ha sido negativa en un 0,3%, según Ganvam. Una cifra en la que ha desempeñado un papel importante la caída de las ventas del canal a particulares, el más rentable, habiéndose aumentado el de empresas y flotas.

No es ajena tampoco a este descenso de la rentabilidad la guerra comercial desatada entre las marcas con precios cada vez más competitivos –los descuentos pueden alcanzar hasta los 5.000 euros– y promociones que suponen la inclusión de extras con costes simbólicos.

Una política que, por un lado, acarrea la reducción de los márgenes comerciales en los coches nuevos y que también erosiona los precios del mercado de ocasión, cada vez más importante. Y eso que este parecía estar encajando con más suavidad la llegada de la crisis, pero que, según los datos del portal de ventas Autoscout24, está sufriendo ya de manera notable la presión de las promociones en los vehículos nuevos. Según sus cuentas, el precio medio de un automóvil de ocasión ronda los 12.550 euros, un 2,7% menos que hace un año.

Por otro lado, la caída de la posventa –cada vez se realizan menos reparaciones y de menor importe– se incrementará este año en un 3%, según la firma de valoración de siniestros Audatex. Esto supone ya un 16,5% de reducción de la actividad de los talleres desde el inicio de la crisis y el agravamiento de la competencia entre las redes oficiales y los independientes. Así como la aparición de un nuevo fenómeno como es el de los boxes de “háztelo tú mismo”, que en muchas ocasiones fomentan la economía sumergida. Algunos profesionales de los talleres arreglan coches de particulares en estos boxes en sus ratos libres y todo lo facturan en negro.

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