Una prueba de amor de 120 millones
El empresario Ernesto Bertarelli le obsequia a su mujer el mayor barco construido unos astilleros del Reino Unido
En esta época de frugalidad involuntaria, los antojos de la minoría pudiente se reciben con desagrado, si no con indignación. Por eso, no deja de sorprender la positiva recepción que la aparición del Vava II ha tenido entre los británicos. Este barco de 120 millones es un regalo que el millonario suizo Ernesto Bertarelli ha hecho a su mujer Kirsty, exmiss Gran Bretaña. Con 96 metros de eslora es la mayor embarcación privada fabricada en el Reino Unido. Solo llenar el depósito cuesta unos 300.000 euros. Su construcción, llevada a cabo por 200 especialistas en la ciudad inglesa de Plymouth, se mantuvo en secreto dos años. Si esta región inglesa se muestra orgullosa del descomunal barco y la cobertura mediática es inusualmente amable para lo que es habitual en la prensa británica tiene que ver con la esperanza de que la noticia atraiga empleo y ayude a posicionar la costa suroeste de Inglaterra como clave en la industria de los superyates.
Mientras Vava II se prepara para su viaje inaugural a la isla caribeña de San Martin, Bertarelli declaró que el proyecto “marca un hito” para la construcción en el Reino Unido, una nación en el cuarto puesto detrás de Italia, EE UU y Países Bajos en el número de construcción de barcos según Superyacht Report. El empresario ganador de la Copa América en dos ocasiones añadió que la embarcación fue obra de “un equipo británico altamente cualificado”." A pesar de que Vava II cuenta con seis cubiertas, piscina a bordo y helipuerto, no consigue hacer sombra a Eclipse, de Roman Abramovich que presume de tener 160 metros de eslora y sistema de detección de misiles.
El fotogénico matrimonio Bertarelli vive con sus tres hijos en Suiza, a orillas del lago Lemán. Ernesto, de 45 años, disfruta de una fortuna estimada en unos 7.600 millones. Heredó la farmacéutica Serono tras el fallecimiento de su padre en 1998 y gran parte de sus ingresos proceden de las ventas del tratamiento contra la esclerosis múltiple Rebif. Su esposa Kirsty creció en una familia acomodada propietaria de la fábrica de porcelana Churchill China. Su trayectoria es variopinta. Exreina de la belleza, cuando no estaba paseando en descapotable, se dedicaba a leer la mano de amigos y a escribir poesía. Más tarde dirigió su creatividad a componer canciones para grupos de pop como All Saints. En los últimos años, se ha reinventado como cantante. Tras su matrimonio se convirtió en la británica más acaudalada. “Más que la más rica, soy la más afortunada”.
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