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Detenida una pareja acusada de ofrecer el estramonio que causó dos muertes

La policía cree que estaban "abriendo mercado" con esta nueva droga que preparaban en su domicilio y ofrecían gratis.- Se les acusa de tráfico de drogas y homicidio

La Policía Nacional detuvo sobre las ocho de la tarde de ayer en su casa a Iván M. G., de 23 años, como presunto responsable de haber dado a probar un mejunje cocinado a base de estramonio, una planta tóxica que produce alucinaciones, a dos jóvenes de 18 años que murieron horas después de haber asistido el domingo a una rave, una fiesta clandestina de tecno, en un caserón abandonado de Getafe. El apodo del detenido -el Cabe-, que tiene antecedentes policiales, ha sido la principal pista que han seguido los agentes hasta dar con él en Coslada, al este de Madrid. Tras prestar declaración el acusado, se le pidió el móvil de su novia y se la llamó a declarar. A mitad de la declaración, la policía detuvo también a la novia del joven, Cristina V. L., de 19 años, en base al testimonio que dio sobre la noche de los hechos. Ambos están acusados de delitos de tráfico de drogas y homicidio.

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La Policía Nacional dice de que los agentes han podido comprobar que la pareja preparó en su domicilio una infusión con semillas de estramonio, que llevaron hasta el lugar de la fiesta en una botella de plástico de medio litro. Esta bebida produjo en los jóvenes fallecidos y en el que está ingresado en el hospital alucinaciones, delirios y ataques de ansiedad. La policía cree que los detenidos estaban "abriendo mercado" ofreciendo de manera gratuita la droga que preparaban.

En El Monasterio, como se conoce a esta finca abandonada en el barrio de Perales del Río -un lugar repleto de grafitis, botellas vacías y con una ermita provista de altar y cruz-, la policía cree que Iván ofreció a cuatro amigos de La Elipa una botella de plástico llena de ese líquido que resulta letal en grandes cantidades. "Probad de esta botella. Es un rollo parecido a las setas", dijo el detenido, de acuerdo con la versión facilitada por los testigos.

Una vez acabada la fiesta, al amanecer, dos de los participantes, Pablo Echegoyen y Alberto Olmo, vagaron por las huertas y el campo de tiro que rodea el caserón. Una pareja, de camino a la piscina, se topó con Echegoyen y le vio en tan mal estado que le ofreció ayuda. "Dejadme en paz", contestó. Luego, sobre las seis de la tarde, se lo volvieron a encontrar, pero esta vez muerto, tirado en el suelo. A esas horas, las madres de ambos, acompañadas de los amigos de sus hijos, buscaban El Monasterio, asustadas porque aún no hubiesen vuelto a casa. Tres horas más tarde apareció el cadáver de Olmo, a unos cuatro kilómetros de distancia de su amigo, en un estado parecido, con síntomas de haber sido envenenado.

Los otros dos amigos siguieron otro camino distinto y quizá eso les salvó. Uno de ellos llevó a Álvaro García al hospital Clínico de Getafe, donde lo ingresaron en estado grave. Al día siguiente fue dado de alta. El que le había llevado en un coche, al ver que su amigo estaba siendo atendido, se marchó. La policía, una vez que había encontrado los cadáveres de sus dos amigos, estuvo horas buscándole para aclarar lo sucedido y también ante el temor de que sufriera una intoxicación.

Cuando lo encontraron declaró en comisaría que además habían consumido alcohol y speed. Allí facilitó una descripción del "desconocido" que les había ofrecido el mejunje. Otros asistentes a la rave también fueron interrogados y facilitaron el apodo del supuesto responsable, un detalle que ha sido fundamental a la hora de encontrarlo. Sobre las diez de la noche estaba siendo trasladado a la comisaría de Getafe para que prestase declaración.

"Ha sido un asesinato. Quien metió ese bidón sabía que era un veneno mortal", dijo la madre de Echegoyen durante el velatorio de su hijo.

Mientras, el Ayuntamiento de Getafe ha comenzado a erradicar todo el estramonio que crece en los barrancos y las huertas del municipio. En el barrio de El Greco retiró 300 ejemplares, lo que da una idea de lo común que es esta planta con forma de arbusto que alcanza 1,5 metros de altura.

Las tareas de limpieza se extenderán hasta el monasterio de la Aldehuela, donde se celebró la fiesta. El caserón semiderruido está abandonado desde los años noventa y es un lugar de culto para aficionados al esoterismo y las raves. El alcalde de Getafe, Juan Soler, ha pedido a los propietarios que vallen el solar o tiren las construcciones. Soler medita también si iniciar la expropiación del caserón, un trámite que inició el Ayuntamiento a petición de IU en 2009, pero que por problemas burocráticos con la Comunidad nunca llegó a concretarse.

Interior del caserón abandonado, en Getafe, donde se hacían fiestas clandestinas.
Interior del caserón abandonado, en Getafe, donde se hacían fiestas clandestinas.LUIS SEVILLANO

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