_
_
_
_
SI YO TE CONTARA... HISTORIAS DE LOS LECTORES
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

¿Es verdad que en el extranjero dan duros a cuatro pesetas?

No vendamos la idea de solucionar el desempleo yendo al extranjero, busquemos el "equilibrio" que nos vendía Aristóteles

Alzo la mirada, llevando mi pensamiento al infinito, mientras me repito "tienes un gran potencial". Esta misma frase, en círculos de confianza, la comentamos continuamente con varios amigos en los últimos tiempos, dándonos cuenta del potencial que existe en muchos y la realidad en la que se ven envueltos.

Yo soy ingeniero industrial y jugador de baloncesto "semi-profesional". Se me presentó la oportunidad de irme al exterior varias veces mientras estuve en la universidad, pero no fue hasta mi último año lectivo (curso 2008/2009), cuando decidí que era el momento. Ahora estoy muy satisfecho y le he cogido mucho gusto al viajar y estar fuera. Además de encontrar el amor, salir de la burbuja hogareña me permitió ver que ni somos tan buenos, ni somos tan malos, que no estamos tan bien como creemos, pero tampoco somos los últimos de la lista. Viviendo esta experiencia, en la que todavía sigo, pude comparar y conocer inmensidad de situaciones que te ayudan a crecer, para poder discernir lo que nos intentan vender como extremo.

En primera instancia me fui a Italia y tras acabar la carrera, habiendo además jugado a baloncesto a buen nivel, una empresa de ingeniería y un equipo profesional me hacían una oferta para mantenerme un año más en el país de Berlusconi. Yo acepté, pero las cosas con la empresa no fueron bien, también la crisis afecta en otros lugares y es que perdieron varias subvenciones para algunos proyectos, teniéndome que ir a suplicar plaza laboral en diversas empresas que encima probablemente estaban controladas, total o parcialmente, por la mafia. Gracias a una beca Leonardo, al baloncesto y al apoyo (económico/anímico) familiar, pude mantenerme.

Después de esta experiencia he decidido recientemente, viendo el panorama nacional, que sabiendo italiano, catalán y castellano, debería mejorar mi inglés, así que me vine a Londres, para también de alguna manera concluir mi formación académica masterizándome, realizando un MBA (máster muy de moda entre los nuevos licenciados). ¿Cuál fue mi sorpresa cuando descubrí que muchos habían pensado como un servidor?, encontrando de esta manera a mi paso inmensidad de PRE-PARADOS.

Pero en el extranjero no atan a los perros con longanizas, la mayoría de los, voluntaria o involuntariamente, exiliados (españoles, italianos, franceses, americanos...) que salen de sus fronteras, se postulan en su mayoría, para trabajos en los que están sobre-cualificados. Y no lo critico, al contrario, lo entiendo y voy a formar parte de ese "rebaño", porque desde un prisma egoísta, estando fuera se aprende otra lengua, otra cultura, te ofrece en un futuro una ventaja laboral y como anteriormente comentaba es una experiencia vital de vida. Pero no nos engañemos, muchos de los que están dispersos por medio mundo, en sus respectivos países no harían el trabajo por el que se "prostituyen" alejados de sus orígenes.

Es una realidad la inmigración en busca de formación, la cual también sucede en España ¿cuántos extranjeros quieren venir a la península?, ¿cuántos trabajan en hostelería, en la agricultura, en limpieza...?. Por otro lado, también es cierto que falta regulación, hay una explotación que está denunciada de sobra, esto no es un descubrimiento para nadie, al igual que tampoco es una revelación que algunos salgan beneficiados de ello, pretendiendo además que, sobre todo los jóvenes, seamos títeres sin cabeza, los cuales nos dejemos "sodomizar" esperando un azucarillo al final del túnel.

Actualmente estoy buscando trabajo en una ciudad que tiene la etiqueta de ofrecer oportunidades, en la capital del Big-Ben, y probablemente en unos días me encuentre sirviendo cafés o doblando camisetas, hasta que en un tiempo alguien me pueda dar ese anhelado azucarillo, una opción más importante, la cual no sé si será en España, México o India (pues algo intrínseco a la preparación de las nuevas generaciones es que tenemos que estar abiertos a la expansión que nos domina, curiosamente muchos pueden sentirse como excursionistas forzados, ¿verdad?). No obstante si algún día llego a alcanzar un puesto en el que mi ego quede satisfecho, para el que uno lleva trabajando toda una vida, prometo nunca olvidar que fui un PRE-PARADO en este sistema globalizado del que poca escapatoria queda, pues tan solo la ilusión e imaginación parece que, de uvas a peras, te permiten evadirte de esta, esperemos, eventual situación, que sin querer, están viviendo un número demasiado elevado de personas.

Mientras tanto, mañana me volveré a levantar y me vanagloriaré por el potencial en desuso que actualmente exhibo.

Con al vista del puerto de Génova, durante la presentación como jugador de baloncesto.
Con al vista del puerto de Génova, durante la presentación como jugador de baloncesto.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_