El fiscal cifra en 12 millones de euros el dinero blanqueado en la trama desarticulada en la Operación Ballena Blanca
La trama de blanqueo de dinero, liderada por el abogado Fernando del Valle, fue desarticulada en Marbella en marzo de 2005
La Fiscalía Anticorrupción ha concluido su investigación sobre la trama de lavado de dinero desarticulada en marzo de 2005 en Marbella en la operación denominada Ballena Blanca. En el escrito entregado hoy al juez por el fiscal Juan Carlos López Caballero se establece por primera vez de modo oficial el monto del dinero presuntamente criminal blanqueado por el supuesto jefe la red, el abogado chileno Fernando del Valle: doce millones de euros. El fiscal solicita la apertura de juicio oral y pide una pena de 15 años de cárcel para del Valle. Además, acusa a 21 personas, seis de ellas españolas, por la comisión de los delitos de blanqueo de capitales, delitos contra la Hacienda Pública, falsedad documental y falso testimonio.
Fernando del Valle ideó una auténtica telaraña empresarial con el fin garantizar el anonimato de sus clientes, generalmente extranjeros, generalmente delincuentes. El fiscal no le concede el beneficio de la duda al letrado: "La condición [delictiva] de tales clientes era perfectamente conocida en algunos casos por Fernando del Valle, así como por sus más próximos colaboradores, lo cual no impidió que se prestaran a colaborar con ellos en la constitución de esas sociedades, usadas de tapadera para ocultar la procedencia delictiva del dinero invertido en España, de modo que formalmente no pudieran vincularse los fondos con su verdadero dueño". En suma, asumieron "el encubrimiento del origen de los fondos y de la identidad de sus verdaderos titulares".
Da idea de tal labor encubridora el frenési empresarial de Del Valle hasta su detención: participaba en 194 sociedades extranjeras, de las que 143 tienen sede en el estado norteamericano de Delaware, cuyo permisivo sistema fiscal casi bendice la opacidad, otras 39 son de paraísos fiscales (Gibraltar, isla de Man, Panamá, Islas Vírgenes...). Y si se habla no ya de participación, sino de gestión, controlaba 523 sociedades, entre firmas nacionales y foráneas. El sistema que ideó garantizaba la opacidad que publicitaba al ofrecer sus servicios: le ofrecía al cliente una sociedad de responsabilidad limitada, cuyos socios serían una persona jurídica extranjera y una persona física española (con el 99% del accionariado) que concurría al acto de constitución (1% restante). El anonimato quedaba sellado. El dinero y la propiedad procedían de una de los cientos de empresas que tenía constituidas Del Valle en Delaware o cualquier otro paraíso de la opacidad fiscal. Paralelamente, se abría una cuenta bancaria en España de la firma extranjera que copaba el accionariado de la firma constituida en España. Siempre tenía un único autorizado: Del Valle.
¿Cuál era el truco?
Como las sociedades extranjeras tenían la condición de no residentes, cualquier traspaso que efectuase hacia su sociedad expañola participada figuraba como una inversión exterior directa. ¿Cuál era el truco? Que también figuraba como entrada del exterior las aportaciones en metálico que el letrado hacía en ellas en España a través de las distintas sucursales bancarias. Hasta aquí, en su descargo, podría alegar, como ha solido alegar, que buscaba la mayor rentabilidad y opacidad para sus clientes por mero beneficio fiscal, y que no tenía por qué conocer el origen de su dinero. Pero el perfil de sus clientes le derrota. Son lo peor de cada casa, de cada mafia. El currículo de sus inversores está en manos de Interpol. No se le coló un delincuente entre cientos de inversores, se le colaron una decena de capos de distintas mafias.
- Sophian Hambli, conexión turca, a raíz de una comisión rogatoria de Francia -país donde se halla preso- por su relación con el tráfico de drogas a gran escala, se le descubrió que sus ganacias estaban siendo gestionadas en España por su familia, particularmente su suegro, Mabrouk Chebicbeb, afincado en la Costa del Sol, que diseñó toda una cadena de testaferros. En total, se estima que este magnate de la droga, a pesar de estar en prisión, acabó blanqueando 1,5 millones de euros a través de Del Valle.
- Djamel Talhi, conexión argelina e integrante de la red de Hambli. Acudió al despacho de Del Valle para camuflar sus beneficios de la droga. Dado su menor nivel, sólo le blanqueó 85.000 euros.
- Terho Rouvinen, conexión finlandesa, investigado por las autoridades de su país por blanqueo de capitales y un fraude que superaba los 2,8 millones de euros, dinero con el que compró propiedades en España. El fiscal calcula que el dinero purificado por la macrolavadora marbellí asciende a 700.000 euros.
- Hervey y Karen Levin, conexión con el fraude eprom. Este matrimonio está implicado en un fraude de componentes electrónicos cuando gestionaban una empresa en el Reino Unido. Pedían el pago por adelantado de unos componentes que nunca vendían. Así amasaron un botín de unos 227.000 euros. El beneficio, cómo no, fue derivado a una empresa constituida por el omnipresente Del Valle, que, con su habitual eficacia, acabó blanqueándole tal suma en España bajo un inexpugnable manto empresarial.
- Aimo y María Voulatinen, conexión sueca. Fue condenado en 1998, en Suecia a cuatro años de prisión por delitos fiscales y de doble contabilidad. Una vez el fruto del delito en el extranjero, encontró en España un paraíso del blanqueo de la mano del laborioso letrado chileno. En total, le puso a recaudo de miradas ajenas un total de 780.000 euros.
- Artous Ramian, conexión iraní. Su currículo penal es amplio: homicidio doloso en grado de tentativa en Marbella y antecedentes en Estados Unidos por atraco, amenazas, tráfico de drogas, robo, detención ilegal, allanamiento de morada, y tenencia ilícita de armas...Y con una poderosa red de testaferros para canalizar sus ílicitas ganancias a España, donde Del Valle, las oculta y les da esplendor. Entre sus compinches se citan rusos vinculados a la prostitución y al narcotráfico. La cuantía del dinero blanqueado a este delincuente iraní, entregado a España en noviembre de 2005 por las autoridades rumanas, se cifra en 1,5 millones de euros.
- Paul Antoine Leon Clemente, conexión francesa. Fue investigado en 1999 por la Udyco de Málaga y Barcelona por tráfico de cocaína dentro de una trama liderada por Michel Curtet, detenido en noviembre de 2005 tras una operación desmantelada de un envío 6,5 toneladas de droga. Leon Clement también está adscrito a un capo de la mafia marsellesa, Jean Gilbert Para, en cuyo quehacer se alterna el tráfico de drogas con el de armas, municiones y explosivos. Tal amigo marsellés desapareció secuestrado en Ronda. El propio Leon recibió un amistoso recado de algún socio descontento: un artefacto explosivo a la puerta de su chalé en Marbella de gran potencia coronado por una moneda de 20 peniques. En lenguaje mafioso, se le reclamaba una deuda por tráfico de drogas. También tiene contactos con otro personaje de lo más recomendable, Omar Luchesi, quien quería asesinarlo por sospechar que Leon salió de prisión -estuvo preso en 2000 en España por falsedad en documento, en realidad, un embrión de blanqueo de capitales- por una delación de sus compinches. Si ya en 2000 se apreció el afán de Leon por realizar ingresos en efectivos de varios millones de pesetas pero pulverizando las entregas para evitar que sonaran las alertas bancarias, en esa época contacta con Del Valle para afinar la maquinaria blanqueadora, que le ha purificado 1,2 millones de euros. Este francés controlaba un restaurante marbellí, Visconti, cuyos empleados, según el fiscal, contaban en su mayoría con antecedentes penales, básicamente por narcotráfico. De tal suerte, que el cliente tenía amplias posibilidades de que la lubina -¿lubina a la narco?- se la sirviese o cocinase un convicto.
- Aki Kujala, conexión finlandesa dos. Kujala ha sido investigado en su país por blanqueo de capitales, receptación y delitos contables. Y está vinculados a marroquíes vinculados al narcotráfico, como Othan Soussi y Ghali Lamrani. Igualmente, está vinculado al italiano Luigi Protani, preso en Italia por narcotráfico. Y aquí es donde entra en juego con esta trama blanqueadora José Manuel Llorca Rodríguez, a quien el fiscal vincula con los beneficios de una operación de 100 kilos de droga desde Colombia a España.
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