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Reportaje:

Las cabinas son huchas solidarias

Muchos no recordarán cuándo fue la última vez que utilizaron una cabina de teléfono, cosas de la implantación masiva del móvil. Pero seguro que en los bolsillos, o en los monederos, arrastran esa calderilla con la que no se sabe qué hacer, porque ni sirve para la máquina del café, los refrescos? o la de tabaco. Pues ahora pueden volver a buscar una de esas cabinas, que hay 50.000 repartidas por toda España, y abiertas 24 horas al día, y meter en ellas algo de esa calderilla a manera de hucha solidaria. Porque la ONG Nuevo Futuro, dedicada desde hace 38 años a proveer de hogar a menores “privados de ambiente familiar”, recibirá ese dinero.

Son unos 700 niños atendidos y educados en España, más los que viven en una treintena de hogares que esta organización ha abierto en los últimos años en Colombia, Croacia, Perú y Portugal, como explicó ayer la presidenta de la ONG, Josefina Sánchez Errauri. La Fundación Teléfonica es la otra parte de la iniciativa, que colabora, además, poniendo publicidad sobre esta idea en 1.600 cabinas. “Yo soy torpísima para los botones, pero como me parece una idea genial, la voy a probar en la primera cabina que encuentre”, dijo sin recato su Alteza Real la Infanta Pilar de Borbón, presidenta de honor de Nuevo Futuro.

“Nosotras hemos sido muy discretas son lo que hacemos en Nuevo Futuro”, apuntó, “pero ahora todo es marketing y hay que venderse”, describió, para celebrar la repercusión que prevén tendrá la idea de que, desde ya, las cabinas se conviertan en huchas solidarias. Por el momento, eso sí, la compañía no ha modernizado sus cabinas de manera que, cuando se hace una llamada y sobra algo de las monedas introducidas, éste sobrante vaya a parar bien a la ONG o al bolsillo de quien habló, pero “se hará en el futuro”, dijo Josefina Sánchez. Mas adelante, también otras ONG se podrán apuntar al sistema, que acaba de pasar por su prueba piloto.

El sistema funciona desde los dos céntimos de euro, y es bien sencillo. Se descuelga el teléfono, se marca *05, se meten las monedas -no es imprescindible quedarse en los 0,2 euros, se pueden echar más- y se cuelga. Al cabo de unos segundos, la cabina, muy educada, marca en su minipantalla: “Muchas gracias por su donativo”.

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