Desarticulada una red que engañaba a brasileñas para prostituirlas semiesclavizadas en Zamora

A las mujeres, brasileñas, las engañaban con promesas de una vida mejor. Huían de la pobreza en su país con un visado de turista, llegaban a Europa a través de Madrid o París, y de ahí eran trasladas a Zamora o a Portugal. En la localidad castellana de Alcañices (1.200 habitantes, cerca de la frontera portuguesa; la red tenía ramificaciones en lugares cercanos al otro lado de la frontera), algunas eran violadas por sus supuestos benefactores. Luego, todas ellas eran condenadas a ejercer la prostitución en un club de carretera en condiciones de semiesclavitud. Hoy la Policía Nacional ha anunciado la desarticulación de esta red y la detención de 14 personas, que se ha producido a lo largo de la semana pasada.

Las mujeres han declarado en la comisaría de Zamora que habían sido amenazadas y coaccionadas para ejercer la prostitución, y algunas denunciaron las violaciones a las que presuntamente fueron sometidas por sus captores. Los responsables de la red las obligaban a practicar relaciones sexuales incluso cuando estaban enfermas, las tenían controladas en todo momento, y eran multadas si no se seguían sus directrices (por ejemplo, si bebían alcohol, si pasaban mucho tiempo sin atender a un cliente o si pasaban más de un cuarto de hora con uno de ellos sin mantener relaciones sexuales con él).

Entre los detenidos hay dos jóvenes brasileños y uno francés, a los que la policía considera los responsables del club de carretera, y que están acusados de delitos contra los derechos de los trabajadores, contra los derechos de ciudadanos extranjeros y de otros relacionados con la prostitución. También han sido detenidas 11 mujeres brasileñas por estancia irregular en España, y se ha tomado declaración a otras tres que aún estaban dentro del periodo de estancia legal.

El registro del local ha permitido a la policía incautarse de agendas y cuadernos con la contabilidad relacionada con cada una de las mujeres. Así, los investigadores han sabido que a cada una de ellas se les cargaba una deuda de 3.500 euros por el viaje, y debían pagar además 48 euros diarios por el alojamiento. En Brasil, donde se les prometió un trabajo estable en España como camareras, se las había dicho que el viaje les costaría 3.500 reales (la moneda brasileña), es decir, tres veces menos.