Los pensionistas perderán poder adquisitivo por el encarecimiento de la energía
El IPC acabará el año subiendo un 0,9% y el incremento de prestaciones ha sido del 0,25%
Cuatro años después las pensiones volverán a perder poder adquistivo. La última vez fue en 2012. Este año el acelerón de los precios en los últimos meses, provocado por el alza de la energía, llevará al IPC en diciembre cerca del aumento anual del 1%, según varios servicios de estudio privados. Esto hará insuficiente para mantener la capacidad de compra de las pensiones la subida del 0,25% registrada en enero aplicando el mecanismo de actualización que entró en vigor en 2013, que no prevé una revisión de acuerdo a la marcha de los precios.
A comienzos de año, el barril de petróleo cotizaba un poco por encima de los 25 dólares. Ahora roza los 50. Esta evolución ha tenido su reflejo, casi paralelo, en la evolución del índice de precios al consumo en España (IPC), que en los últimos dos meses ha pasado de estar en el -0,1% en agosto al 0,7% en octubre. Y la subida no se va a detener aquí. Para el próximo diciembre, Funcas, el servicio de análisis y previsiones de las antiguas cajas de ahorros, y el Instituto Flores de Lemus, dependiente de la Universidad Carlos III, calculan que la inflación se situará en el 0,9%.
En el bolsillo de los 8,5 millones de pensionistas que hay en España, esto se traducirá en la primera pérdida de poder adquisitivo por primera vez desde 2012. En concreto, el retroceso se situará entre las seis y las siete décimas, ya que el incremento a comienzos de año fue del 0,25% si las citadas casas de análisis aciertan.
La debilidad de los precios en los últimos años ha llevado a que los pensionistas ganen poder adquisitivo desde 2013 a pesar de que en 2014 y en 2015 el aumento fue también de ese 0,25%. Han avanzado entre 2,2 y 3,2 puntos.
Estos leves incrementos tienen relación directa con el nuevo sistema de actualización anual de las pensiones, que se aprobó en 2013 y que no contempla una cláusula de garantía como tenía la regulación antigua (aunque este punto dejó de aplicarse en 2010). El mecanismo consiste en una fórmula que tiene en cuenta los ingresos y los gastos de la Seguridad Social a lo largo de un ciclo de 11 años, en el que el ejercicio para el que se realiza el cálculo se sitúa en el centro. La norma establece que el resultado nunca puede dar una subida de pensiones que supere en 0,5 puntos el IPC ni un incremento menor al 0,25%. Como el instituto previsor está en números rojos desde 2011, desde que está en vigor el Índice de Revalorización de las Pensiones (nombre oficial de la fórmula), el aumento ha sido el mínimo, un 0,25%.
Pero la atonía del IPC se ha acabado. La consecuencia será que tomando como referencia con la inflación de diciembre los pensionistas perderán poder adquisitivo. No sería este el caso si en lugar de utilizar el dato de final de año se usara la media de todo 2016. Entonces la evolución de los precios será de una caída de 0,3%.
La subyacente en el 0,8%
Sin embargo, hay que tener en cuenta que para las personas de mayor edad tiene mucha importancia la inflación subyacente por sus hábitos de consumo. Este índice, en el que se eliminan los componentes más volátiles del IPC (alimentos frescos y energía), lleva desde la segunda mitad de 2015 cerca del 1% y cerrará este año entre el 0,7% y el 0,8%. Esto explica en este caso la media sí que acabe muy por encima del 0,25%, en concreto. Los cálculos de Funcas apuntan que acabará en el 0,8%, dos décimas más que en 2015.
Lo sucedido este año no parece que vaya a ser un hecho aislado. En 2017 las pensiones volverán a subir un 0,25%. Este año las finanzas de la Seguridad Social han vuelto a empeorar, el déficit rondará los 18.000 millones. De hecho, el grupo de investigación en Pensiones de la Universidad de Valencia, compuesto por un grupo de actuarios dirigidos por Enrique Devesa, ha calculado que el año próximo las pensiones deberían bajar un 3,1% si el mecanismo de revalorización en vigor actuara sin límites.
Y esta vez los precios no aliviarán la situación, según apuntan todas las previsiones recientes sobre inflación. El alza del petróleo y el previsible repunte del proteccionismo llevan a los expertos a anticipar que el IPC en 2017 seguirá subiendo, especialmente en los primeros meses del año, cuando tocará el 2%. Posteriormente aflojará el ritmo, pero no se alejará del entorno del 1%.
En la misma línea se sitúa el Gobierno, que para el año que viene calcula que el deflactor del consumo privado —un índice aproximado al IPC— se situará en una media del 1,3%.
La pensión media sube un 13,5% desde el anterior Pacto de Toledo
La ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, comparece hoy ante el Pacto de Toledo, la comisión parlamentaria que trata los asuntos de pensiones. Será el comienzo oficial y público de los trabajos que, si se cumple la tradición, acabarán en un documento con un amplio apoyo parlamentario que recobe una serie de recomendaciones que serán la base de una posterior reforma de la Seguridad Social. En esta ocasión, el objetivo prioritario declarado por todos los grupos parlamentarios no es ajustar el sistema o recortarlo sino allegar más recursos al instituto previsor, en pérdidas desde 2011.
Precisamente ese año el Pacto de Toledo emitió sus últimas recomendaciones. Fue el texto que dio pie al retraso de la edad de jubilación legal de 65 a 67 años. También abrió la puerta a la creación de un factor de sostenibilidad. Entonces la pensión media rozaba los 800 euros. Hoy se sitúa en 908, un 13,5% más que entonces.
La mayor parte de este incremento no se debe a las actualizaciones anuales sino al efecto sustitución. Este consiste en que los nuevos pensionistas tienen derecho a cobrar prestaciones más altas de las que tenían los que fallecen, lo que se traduce en un incremento de la pensión media. En lo que va de 2016, la cuantía media de las nuevas prestaciones asciende a 1.060,93 euros al mes. Las bajas, por su parte, se quedan en 821,77 euros mensuales.
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