Rato no sabe explicar por qué no informó de los gastos de las ‘black’ ante la CNMV

Rodrigo Rato, expresidente de Caja Madrid y de Bankia, no ha sabido explicar por qué los gastos de las tarjetas opacas de los consejeros no figuraron en el informe de Buen Gobierno de 2011, que aprobó el consejo y que se entregó a la CNMV. "No lo sé, no lo recuerdo, pensaba que estaba regularizado", ha declarado en referencia a ese informe y luego ha añadido que la secretaría general era quien entregaba las tarjetas y el que hacía el informe, "por lo que este departamento debía conocer la situación".

El fiscal Anticorrupción, Alejandro Luzón, pidió al también ex director gerente del FMI que no se escudara en departamentos que estaban bajo su control y cuyos informes aprobó como presidente del consejo de la entidad. Le preguntó por casos concretos, como el de Arturo Fernández, cuyo gasto de la tarjeta casi igualaba al que recibió en un año por las dietas, a razón de 1.820 euros por cita. Rato no ofreció ninguna explicación de esta casi duplicación del salario de los consejeros.

Por otro lado, Rato ha sostenido que todo el gasto realizado con las tarjetas desde 2012 "iba contra" su retribución. "En realidad eran un instrumento de liquidez", ha añadido, por lo que no suponía un sueldo adicional ni un gasto adicional para la entidad. Quien fuera ministro de Economía con José María Aznar gastó unos 98.000 euros con las black. Además, insistió en que los gastos del Consejo de Administración eran legales "e, incluso, deducibles ante Hacienda". Y ha apostillado: "Como sigue haciendo ahora Bankia con los gastos de su consejo, según tengo entendido", en una clara implicación a la dirección actual del banco. 

Rato puso en marcha otras 'black'

Rodrigo Rato ha negado que el motivo para poner en marcha en febrero de 2012 unas nuevas tarjetas opacas —tras anular todas las anteriores hasta diciembre de 2011— fuera compensar la bajada de sueldo. En su declaración ante el tribunal, ha negado que el objetivo fuera paliar el recorte de sueldo que sufrió por un decreto del Gobierno que afectó a todos los bancos con ayudas, que le supuso pasar de ganar más de dos millones a 600.000 euros anuales.

"Todos sabían la existencia de ese decreto aprobado por el Parlamento que limitaba nuestro salario, por lo que no podíamos saltárnoslo", ha dicho. Al mismo tiempo, ha negado que Francisco Verdú, consejero delegado de Bankia, le devolviera la tarjeta cuando Rato se la entregó en febrero de 2012. Verdú aseguró durante la instrucción que no aceptó la tarjeta, no gastó nada con ella y le informó a Rato que no era una buena "praxis bancaria" tener una visa, además del salario. 

Una de las afirmaciones de Rato que ha llamado la atención del público en la sala ha sido al declarar que le parecía excesivo el límite mensual de las tarjetas que él puso en marcha, 12.000 euros, y ha negado haberlo fijado. "Probablemente lo hizo el señor Cobo Barroso, responsable de medios, porque era una costumbre, aunque no quiero echarle la culpa a él", afirmó. "¿Por qué era excesivo?", le ha preguntado el fiscal. La respuesta ha sido que le parecían cantidades muy altas, aunque también él hizo gastos muy elevados.

El antiguo responsable de Bankia tampoco ha sabido explicar por qué en el correo de Cobo Barroso se decía que había que poner en marcha "con la mayor urgencia" las nuevas tarjetas. "No lo sé, yo no he visto este correo", dijo a Luzón.

Además, el exvicepresidente del Gobierno no aclaró por qué anuló las tarjetas el 9 de mayo de 2012, cuando se fue Rato y llegó José Ignacio Goirigolzarri, pese a que Verdú e Ildefonso Sánchez Barcoj, director general financiero, continuaron en la entidad más tiempo, "¿Quería borrar su rastro?", preguntó Luzón: "No se puede borrar el rastro de una tarjeta, quedan recibos y extractos". El fiscal le recordó que él no entregaba recibos y Rato respondió que era cierto, "porque eran parte de mis retribuciones, pero quedaban los extractos de la visa". Rato dio otra explicación para los gastos que hizo con la black en 2010 y 2011.

Complemento salarial

En su opinión, aquel dinero utilizado era "un complemento salarial", es decir, al margen del sueldo. "Cuando llegué ya estaba establecido y di por hecho que era un tema legal". Sánchez Barcoj, que declaró después de Rato y que utilizó la tarjeta desde 1999, sostuvo otra teoría: las visas siempre fueron una parte del salario, que fijaba el presidente. "La única diferencia entre las tarjetas bajo la presidencia de Miguel Blesa y de Rato fue que en este segundo periodo el límite lo fijó el Gobierno". Barcoj fue el que más gastó: 575.000 euros entre 2002 y 2012.

A preguntas de su abogado, Ignacio Ayala, explicó que ha devuelto todo el dinero gastado porque "no quería tener ningún problema de dinero con Bankia". "Se me dijo que no estaban bien soportados mis gastos y los devolví, como también renuncié a una buena parte de mi indemnización", ha declarado Rato.