El FMI rebaja la previsión de crecimiento de España y alerta sobre el ‘Brexit’
La institución alerta de una ralentización de las economías europeas durante el año que viene
El Fondo Monetario Internacional ha recortado la previsión de crecimiento de España al 2,1% para 2017, frente al 2,3% que preveía en abril, el 2,3% que baraja el consenso de Funcas y el 2,4% que apunta el Gobierno en su cuadro macroeconómico para ese mismo año. Esta estimación supone una rebaja significativa sobre el entorno del 3% de crecimiento que espera el Gobierno a cierre de 2016 y entraña una cierta desaceleración que puede entorpecer la senda de consolidación fiscal comprometida con Bruselas y ralentizar las tasas de creación de empleo.
En la actualización de sus Perspectivas Económicas Mundiales, el Fondo comenta que se estaba detectando una cierta mejora de la economía global a comienzos de 2016. Sin embargo, el Brexit ha dado un vuelco a todo el panorama. "Ha metido un palo en la rueda de la recuperación", afirma Maury Obstfeld, director del departamento de investigación del FMI.
"Nuestras perspectivas globales de abril eran un crecimiento del 3,2% en 2016 y del 3,5% en 2017. Pero para esta actualización hemos reducido ambas proyecciones en una décima al 3,1% y el 3,4%, respectivamente", sostiene Obstfeld.
En opinión del Fondo, esta revisión se antoja bastante "moderada". Y eso se debe a que los economistas del FMI están valorando el impacto del Brexit de una forma "relativamente benigna", en parte por la actuación de unos bancos centrales que han conseguido paliar la reacción inicial de los mercados.
Empeora el pronóstico para el Reino Unido
Pero incluso si se toma un escenario benigno, el FMI vaticina que Reino Unido perderá dos décimas de crecimiento este año y casi un punto el año que viene sobre sus previsiones anteriores. Y los efectos no sólo se ciñen a la economía británica. La institución alerta de una ralentización el año que viene en las economías avanzadas y, en especial, en Europa. Para Alemania, disminuye en cuatro décimas su estimación de crecimiento de 2017. Como ya hemos mencionado, resta a la economía española dos décimas respecto a la proyección anterior. Y Francia e Italia se dejan una décima cada una. En su conjunto, la zona euro crecerá en 2017 dos décimas menos de lo que auguraba el FMI hace tan sólo tres meses.
Y ello ocurre por la incertidumbre que genera la salida de Reino Unido de la UE. De no haber sido por el resultado del referéndum británico, las proyecciones de la zona euro habrían sido revisadas ligeramente al alza, reconoce la institución sita en Washington. Mientras que las perspectivas se mantienen estables en los emergentes, Latinoamérica y EE UU, el horizonte pinta algo peor para Europa: "La incertidumbre lastrará la confianza y la inversión, con repercusiones generalizadas en las condiciones financieras y el sentimiento de mercado", subraya.
No obstante, a decir del Fondo, que los efectos del Brexit sean suaves dependerá de dos factores: uno, de que se impongan o no barreras económicas en las conversaciones entre Londres y Bruselas. Y dos, de cómo valoran los mercados las consecuencias de este tira y afloja, lo que podría acabar desencadenando nuevos vaivenes. "Es importante resaltar que los impactos reales del Brexit se materializarán gradualmente en el tiempo, añadiendo elementos de incertidumbre política y económica que sólo podrán ser resueltos después de unos meses de negociaciones. A su vez, esas dosis extra de incertidumbre podrían abrir la puerta a una respuesta amplificada de los mercados financieros", señala el Fondo.
Riesgos crecientes
De ahí que el organismo dirigido por Christine Lagarde insista en la responsabilidad de las autoridades para negociar rápido, lograr una salida pactada y evitar trifulcas: "De cara al futuro, los políticos de Reino Unido y de la UE desempeñan un papel clave a la hora de reducir la incertidumbre".
El Brexit se suma a una larga serie de riesgos que el Fondo perfila en el horizonte. En Europa, los hombres de negro hacen mucho hincapié en los problemas heredados de la crisis. Por un lado, el peligro cada vez más patente de que se enquiste el paro de larga duración. Y por otro, los créditos morosos que todavía se albergan en los balances de los bancos y que según el Fondo podrían provocar renovadas tensiones financieras, sobre todo en Italia y Portugal.
Por no hablar de las dificultades que existen en Europa para ponerse de acuerdo sobre cualquier política de fondo: "Las divisiones políticas entre los países avanzados pueden entorpecer los esfuerzos para atajar los retos estructurales de la economía y los problemas con los refugiados", concluye el FMI.
El organismo también advierte del riesgo de una deriva hacia políticas proteccionistas, de la excesiva dependencia del crédito en China, de la necesidad de ajustes fiscales en los países productores de materias primas o de las consecuencias económicas del terrorismo.
El FMI advierte de los riesgos del populismo
El Fondo muestra su preocupación porque el explosivo cóctel de riesgos que dibuja se combine con una pérdida permanente de la capacidad de crecimiento. Un estancamiento que achaca a motivos estructurales como el envejecimiento de la población o los cambios tecnológicos. De confirmarse esta tendencia de crecimientos bajos, la demanda y la inversión podrían resentirse en una suerte de espiral viciosa. Y en ese caso el organismo advierte de que las consecuencias podrían ir más allá de lo económico: las "tensiones sociales" fruto de las congelaciones salariales y los recortes del Estado del Bienestar podrían recrudecerse, alimentando "políticas proteccionistas que buscan revertir el funcionamiento de una economía global que ha generado crecimiento mundial en buena parte de la era de postguerra".
"Depende de los líderes políticos ofrecer una narrativa que contrarreste las de los populistas que culpan de todos los males a los mercados globales. Pero esa narrativa debe ofrecer también la esperanza de que se tomen medidas que restauren las clases medias y la confianza de los votantes en que el crecimiento económico puede ser compartido más justamente", explica el Fondo en su informe.
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