El Eurogrupo empieza a plantear su respuesta a una eventual salida de Chipre
Los Ministerios de Economía asumen que están en medio del caos por la crisis chipriota Proponen implantar restricciones a los movimientos de capital para evitar el colapso del país Los ministros volverán a reunirse esta tarde de forma extraordinaria Alemania aboga por tener listos cortafuegos en caso de que el rescate fracase Rusia rechaza ayudar en solitario a Nicosia y pide un acuerdo general con la UE
Los Ministerios de Economía de los países del euro asumen que la crisis de Chipre, que necesita de un rescate inminente para no caer en bancarrota, ha arrastrado a la Eurozona a una situación difícil que, de puertas para adentro, describen como "un auténtico caos", según las notas de una reunión telefónica publicadas este jueves por Reuters. En la conversación, que tuvo lugar el miércoles entre los técnicos de los Ministerios, se llegó a plantear la necesidad de preparar planes de contingencia en caso de que se cumplan los peores pronósticos: la salida de Chipre del euro. Además, los participantes abogaron por imponer restricciones a los movimientos de capital para evitar la retirada masiva de dinero de los bancos cuando vuelvan a abrir, lo que debería tendrá lugar el martes. Los primeros espadas del Eurogrupo, los propios ministros, se reúnen de nuevo esta tarde con carácter extraordinario y por teleconferencia para seguir buscando soluciones a Chipre.
Los comentarios publicados por Reuters reflejan los nervios con los que los responsables de los respectivos ministerios abordan la crisis, en punto muerto tras la negativa del Parlamento chipriota al plan de rescate por su rechazo al impuesto a los depósitos. Uno de los técnicos, añade la agencia, escribe que las emociones estaban "a flor de piel", lo que hacía difícil aportar soluciones razonables. En este ambiente de alarma, continúa el oficial, tuvieron lugar "conversaciones abiertas sobre la salida" de Chipre.
La conversación tuvo lugar dentro del grupo de trabajo del Eurogrupo, foro compuesto por los viceministros de Economía y los responsables del Tesoro Público de los 17 socios del euro, además de representantes del BCE y la Comisión Europea. Sin embargo, no contó con la participación de Chipre, que se negó a ello, algo que fue interpretado por los socios como un preocupante reflejo de la gran confusión que rodea lo que está pasando en el país. “Que Chipre no pueda ni atender la llamada es un gran problema para nosotros”, reconocía uno de los representantes franceses, que hacía alusión a que su Parlamento “no puede decidir nada”. “Nunca habíamos visto nada igual”, advertía.
El enviado alemán puso sobre la mesa la necesidad de saber más sobre el tránsito de capitales entre Chipre, Rusia y Reino Unido. Además, puso el énfasis en los problemas que afrontan sus principales bancos, a un paso de la bancarrota, lo que según reconoció este alto funcionario provocaría el colapso del país y, a continuación, la posibilidad de la salida del euro de Chipre, que pese a su diminuto tamaño y pese a que es la economía más pequeña de la Unión Monetaria ha puesto en un serio brete a los responsables comunitarios.
En caso de que tuviese lugar el colapso de Chipre, lo que supondría la primera salida del euro de un país, el representante alemán dijo que se necesitaba tomar medidas para aislar al resto del impacto que tendría este desenlace, sobre todo, para evitar el contagio hacia Grecia.
Restricción a los capitales
Uno de los puntos que más tiempo de la reunión acaparó fue el análisis de lo que sucederá el martes cuando los bancos vuelvan a abrir. A los Diecisiete preocupan las consecuencias que tendría una retirada masiva de dinero de las entidades, a lo que el representante del BCE respondió que están haciendo “preparativos técnicos” para limitar las cantidades que puedan sacarse de los bancos. “Algunas normas adicionales deben ser aprobadas. En cualquier caso, estamos en una difícil situación”, añadió este representante del BCE, institución que ya ha advertido de que cerrará el grifo del crédito a los bancos chipriotas el martes si no hay un acuerdo para el rescate.
Desde Bruselas y ya de manera oficial, han llegado más señales que constatan el descontrol de lo que pasa en Chipre. "Está muy claro que la situación es seria y que es de la máxima urgencia que se aporte claridad sobre el camino a seguir", ha señalado el portavoz comunitario de Asuntos Económicos y Monetarios, Simon O'Connor, en rueda de prensa.
Antes de publicarse las notas de la reunión, el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, ha advertido de que la crisis no se solucionará con el hecho de que Rusia ponga más dinero sobre la mesa. Según ha explicado la cabeza visible de la institución, que ha tenido un bautizo de fuego con el fiasco del rescate chipriota tras apenas dos meses en el cargo, incrementar el préstamo de 2.500 millones concedido a Nicosia en 2011 solo servirá para aumentar la deuda pública del país a niveles insostenibles, lo que no pondría fin a los problemas de Chipre. Este país, según ha alertado, representa un "riesgo sistémico" para la Eurozona, es decir, que si no es rescatado podría provocar un efecto de contagio a otros socios.
Inversiones, no depósitos
Dijsselbloem, además, ha defendido la polémica quita a los ahorros pese al revuelo causado por una medida que ha supuesto la ruptura, por primera vez, del sacrosanto principio de seguridad de los depósitos de menos de 100.000 euros. "Es probablemente inevitable que haya algún tipo de impuesto en el paquete final del rescate que salga adelante", ha dicho ante la Eurocámara. Además, ha asegurado que "la gran mayoría de depósitos en Chipre no son realmente ahorros, son inversiones", lo que liga directamente con el uso que hacen los millonarios rusos de los bancos chipriotas.
Mientras tanto, en Rusia, donde se celebra una cumbre con la UE prevista desde hace meses, el ministro de Finanzas chipriota, Michael Sarris, continúa con su gira en busca de un préstamo de 5.000 millones para eludir el tajo a los depósitos. Sobre la mesa estaría la opción de vender derechos sobre las reservas de gas o activos financieros, incluso se especula con la posibilidad de que Chipre permita la instalación de bases del Ejército ruso en su territorio. Sin embargo, Sarris no lo tendrá fácil, ya que el Kremlin ha empezado a mirar más en las últimas horas hacia Bruselas en busca de un acuerdo global sobre la crisis que tenga en cuenta también sus intereses.
En la cumbre, el primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, se ha entrevistado con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso. La reunión ha servido para relajar el tono frente a los días previos. En ella, el jefe del Ejecutivo comunitario ha dado explicaciones sobre el impuesto a los depósitos en Chipre, donde los ciudadanos rusos tiene entre 15.000 y 20.000 millones. Según ha explicado, no pudieron consultarlo porque el acuerdo llegó de madrugada. De hecho, ha llegado a reconocer que él fue el primer sorprendido por la quita a los depósitos. Por su parte, el embajador del Gobierno de Rusia ante la UE, Vladímir Chizhov, ha advertido este jueves de que la solución a la crisis requiere un gran acuerdo a tres bandas entre Bruselas, Nicosia y Moscú.
Sobre el terreno, en Chipre, continuaban los contactos a contrarreloj entre el Gobierno y los partidos políticas con vistas a cerrar un acuerdo que permita presentar a Bruselas alternativas a la quita generalizada a los depósitos. Para excluir de la tasa a los depósitos de menos de 100.000 euros, han propuesto la creación de un fondo de inversión solidario, aunque sin dar más detalles.
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