El arte de desgranar alubias
Narrativa. El procedimiento en que se sustenta esta novela no podía ser más sencillo y arriesgado: la arbitrariedad de la memoria de un viejo guardián que cuenta a un desconocido todo lo que se le pasa por la cabeza. El visitante nunca responde y, en tanto que interlocutor, se confunde con el lector, que es puro oído y lengua muda. Pero el polaco Wieslaw Mysliwski (Dwikozy, 1932) pervierte esa convención para regresar a la oralidad, o a la simulación, muy bien articulada, de la fluencia narrativa de la memoria, que enhebra tramas y sucesos sin regirse por la cronología, sino por el contagio de los hechos rememorados. Mysliwski es extraordinariamente perspicaz: cuenta toda la historia de Polonia en el siglo XX, sin someterse a la historia. Su narrador construye un universo de referencias en el que parece no faltar ningún tema fundamental: la infancia, el amor, la música, la guerra, la pobreza, la traición, los sueños, Dios, las palabras que se adaptan al deseo y las que buscan su significado, las respuestas nunca satisfechas, la presunción de que "solamente lo imaginario es real"... Con esta novela, Wieslaw Mysliwski ya no es un desconocido en nuestro país, pero sería deseable que fuera también un autor renombrado. Su obra tiene una jerarquía de máxima exigencia.
El arte de desgranar alubias
Wieslaw Mysliwski
Traducción de Francisco Javier Villaverde
451 Editores. Madrid, 2011
416 páginas. 21,50 euros