La Cámara de Cuentas detecta mal uso de los fondos Proteja

La Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo (Faffe), dependiente de la Junta, utilizó fondos de las subvenciones del plan Proteja para realizar cursos ajenos a este programa puesto en marcha en 2008 para la realización de obras que permitieran crear y mantener empleos en el sector de la construcción. El informe de fiscalización de la Cámara de Cuentas sobre el programa formativo que incluía el plan Proteja, detecta un mal uso de los fondos, y otras anomalías en la selección y contratación de los monitores de los cursos y en el control de seguimiento del plan.

Para la realización de los cursos de formación para los desempleados beneficiados por el plan Proteja , la Junta dio una subvención de 60 millones de euros en 2010 a la Faffe (entidad ya liquidada dentro del proceso de reordenación del sector público). Según la Cámara de Cuentas, la fundación imputó al plan Proteja todos los gastos de personal, formación y gestión de los cursos que organizó, independientemente del porcentaje de alumnos acogidos al plan y por tanto subvencionados, de forma que éstos solo fueron el 40% de los participantes e incluso se dio el caso de algún curso financiado con estos fondos en el que solo uno de los participantes pertenecía al programa. Lo mismo ocurrió con el capítulo de becas y ayudas.

La selección de los monitores y el control de alumnos fueron anómalos

La Cámara estima que en total la Faffe utilizó 5,026 millones de euros de los fondos Proteja en acciones formativas de las que se beneficiaron personas ajenas a este programa. Además, llama la atención sobre el escaso grado de aplicación del programa, ya que los cursos organizados en 2010 costaron 12,6 millones de euros, apenas el 30% de la subvención de 60 millones recibida para aquel ejercicio.

El ente fiscalizador ha constatado también "debilidades" en la selección y contratación del personal que impartía los cursos, para los que no existía un criterio único entre las distintas delegaciones provinciales de la Faffe. El informe detalla que en casi la mitad de los casos la selección final "no se justifica suficientemente", y, en menor medida otras deficiencias como que la baremación de la entrevista y los currículos "consiste en una calificación sin que haya evidencia de las directrices seguidas para su cuantificación, o que no hay una preselección y cuando sólo se llama para entrevistar a los candidatos que se contratan".

El informe censura también el sistema retributivo, ya que ha encontrado diferencias de hasta un 61% en la hora de docencia de una misma especialidad dependiendo del curso del que se trate.

Tampoco hubo un control eficiente en el seguimiento del programa, sin que se pueda saber por qué el 30% de los alumnos desempleados que iniciaban los cursos no lo concluían. Según las normas del Servicio Andaluz de Empleo (SAE) la única causa posible para abandonar es que se encuentre un empleo, pero sólo lo acreditaron así el 21% de quienes abandonaron, del 79% no hay escrito de renuncia explicativo.