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Renuncia un barón histórico del PP

Baltar se va con reproches a Feijóo

El último barón histórico del PP abandona la Diputación tras 22 años y deja el camino despejado a su hijo - Admite que el pulso con el partido agotó su paciencia

Pocas veces la sala de juntas de la Diputación de Ourense se queda pequeña para acoger a los periodistas. Ayer sucedió. Tras 44 años en la política y 22 dirigiendo el ente provincial, el barón del PP que aguantó firme los envites de sus adversarios -los de la oposición y los de su propio partido- pone fin a su vida pública. José Luis Baltar lo deja con 71 años. Abandona todos sus cargos públicos: la presidencia de la Diputación y los sillones de diputado en el ente provincial y de concejal en Ourense. Quiere ser una persona totalmente anónima que se va a dedicar a pasear y a cuidar de sus nietos. Le costará lograrlo porque su poso personal ha marcado todas las instituciones públicas ourensanas y la vida política de Galicia.

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Ha controlado con mano dura a sus diputados, ha presumido de ser "un cacique bueno" y ha hecho temblar los cimientos de la Xunta cuando no veía satisfechas sus reclamaciones. El pasado verano, su salud se resintió seriamente. Ahí empezó el declive. La actividad pública cayó en picado y dejó de ser el protagonista en muchos de los actos que antes controlaba al dedillo. A partir de entonces, sus apariciones se limitaron a ruedas de prensa para presentar actividades de poca envergadura o a la presidencia de plenos. De hecho, uno de sus últimos grandes logros electorales -la conquista del Ayuntamiento de O Carballiño, feudo del líder de los socialistas gallegos, Pachi Vázquez- pasó de puntillas por su vida. Su enfermedad no le permitió asistir a las grandes celebraciones. De hecho, se quedó en casa mientras Mariano Rajoy y la plana mayor del partido en Galicia reconquistaban la célebre Festa do Pulpo de la localidad, de la que se habían apoderado los socialistas.

"El último congreso provincial fue la gota que colmó el vaso", reconoció ayer. En ese cónclave colocó a su hijo José Manuel al frente del partido en la provincia. Las zancadillas y venganzas personales afloraron más que nunca después de que el alcalde de Verín, Juan Manuel Jiménez Morán, se posicionase en contra del baltarismo liderando una candidatura apoyada por Feijóo y la dirección gallega del PP. Las espinas quedaron clavadas en el interior del histórico líder ourensano, que retiró la palabra a todos los que orbitaron en torno a esa lista. "Yo no me esperaba lo que pasó", dijo ayer en varias ocasiones. En julio de 2011 y tras las elecciones municipales, aseguraba a su hijo en la línea de salida para apuntalar su sucesión al frente de la Diputación. Desde entonces, José Manuel Baltar Blanco es diputado suplente y concejal en Esgos. Cumple así los requisitos para que el grupo popular decida, gracias a su mayoría absoluta, quién será el nuevo presidente. Baltar hijo figura como segundo suplente por lo que, para completar la sucesión, tendría que renunciar a su acta el primero, el alcalde de Nogueira de Ramuín, César Parente, de lealtad garantizada.

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Mañana presentará su renuncia oficial que será llevada a un pleno que se celebra este mismo viernes y en un plazo máximo de 15 días, será convocado otro para elegir sustituto. Rosendo Fernández, vicepresidente, asumirá temporalmente el cargo. A partir de ese momento, "el partido tiene que tomar la decisión", insiste. "Cualquiera de los diputados provinciales, incluyendo el que entre en mi lugar, puede ser presidente", aclaró. Las quinielas están claras para la mayoría de fuentes consultadas, aunque el barón ourensano se mostrase ayer ambiguo: "No doy por hecho que el sucesor sea mi hijo. Ahora soy un militante de base más y solo si alguien me pide consejo se lo daré". Baltar asegura que aconsejó a su hijo que "no se metiese en política" después de su propia experiencia: "Fue más lo que perdí que lo que gané".

La voz se le quebró en más de una ocasión en su comparecencia y dijo que si no lloraba es porque su mujer se lo había prohibido. Las declaraciones acabaron con una gran sonrisa y aplausos de algunos de los trabajadores de la institución. Pocas personas sabían que haría pública su dimisión. A su mujer se lo dijo ayer mismo por la mañana y ella, que le insistía desde hace tiempo en que lo dejara, respondió que "no se lo creía". Al mediodía reunió a sus diputados para comunicárselo. Se ofrecieron a comparecer junto a él, pero lo rechazó.

A Feijóo se lo dijo hace una semana y ayer le llamó para aclararle: "Me voy porque quiero y no porque me eche nadie". Sus enfrentamientos con la dirección del PP han sido muy sonados y en la despedida no olvidó mandarle algún recado. Dijo que "los jefes", en alusión a la dirección gallega, "son una veleta que hoy está a tu favor y mañana te deja en la estacada". Los únicos fieles "son los votantes y los militantes", "con ellos no hay quien te tumbe", afirmó antes de concluir con otro reproche: "Nunca me voy satisfecho y menos con lo que han hecho por Ourense".

José Luis Baltar, tras la comparecencia en la que anunció su retirada de la política.
José Luis Baltar, tras la comparecencia en la que anunció su retirada de la política.

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