La Xunta elimina direcciones en Cultura, Mar y Medio Rural
Anxo Lourenzo asume las competencias de Roberto Varela
Cultura y la nueva Consellería do Medio Rural y do Mar se llevan el grueso del adelgazamiento administrativo que el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, le ha imprimido a su Gobierno con la reestructuración. Tras tomar posesión ayer de sus cargos los nuevos conselleiros, Feijóo citó a su gabinete en el pazo de Raxoi, donde permaneció reunido durante tres horas. En el orden del día del Consello solo figuraba la nueva estructura de la Xunta y unos cuantos ceses y nombramientos. El organigrama resultante arroja un total de cinco direcciones generales menos que hasta la fecha, concentradas en el departamento que hasta ahora dirigía Roberto Varela y en la nueva macroconsellería de Rosa Quintana.
Desaparecen una dirección general cultural y cuatro de Rosa Quintana
La nueva Xunta, que reduce de diez a ocho las consellerías, al integrar Cultura en Educación y Medio Rural en Mar, tendrá en total cuatro departamentos menos, dado el ajuste de secretarías generales y secretarías generales técnicas de las consellerías fusionadas. En su nueva estructura, Jesús Oitavén será el secretario general técnico de Cultura y Educación y Francisco Javier Vida-Pardo, el de Medio Rural e Mar. Ambos ya ejercían de número dos en las consellerías que absorben a las desaparecidas.
La segregación de Cultura e Turismo ha dejado esta última Secretaría Xeral en manos de la Presidencia de la Xunta, y la parte cultural en el nuevo departamento denominado de Cultura, Educación e Ordenación Universitaria. Su titular es Jesús Vázquez, hasta ahora conselleiro de Educación e Ordenación Universitaria. La parte educativa queda como estaba, con las mismas dos secretarías generales -Universidades y Política Lingüística- y dos direcciones generales: Educación y Centros e Recursos Humanos. En Cultura, mientras, solo habrá un Secretaría Xeral y una Dirección Xeral, la de Patrimonio Cultural. La primera estará a cargo de Anxo Lorenzo, exresponsable de Política Lingüística, en quien recaerá la gestión de todas las competencias culturales del cesado Roberto Varela. Desaparece la Dirección Xeral de Libro, Bibliotecas e Arquivos, que estaba a cargo de Francisco López.
La otra parte del adelgazamiento administrativo se la aplica Feijóo a la nueva Consellería do Medio Rural e do Mar. Por separado tenían dos secretarios generales técnicos y ocho departamentos. Ahora habrá un secretario general técnico, dos secretarías generales -una para cada una de las exconsellerías- y tres direcciones generales. Los secretarios generales serán los hasta ahora directores generales de Competitividade, Juan Carlos Maneiro, y de Montes, Tomás Fernández-Couto, nombrados para Mar y de Montes e do Medio Rural, respectivamente.
De la parte que hasta ahora gestionaba Samuel Juárez permanecen Desenvolvemento Rural y Producción Agropecuaria y dejan de existir Innovación e Industrias y Montes, en tanto que la dirección de Conservación da Natureza pasa a la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas. De la parte de Mar, solo permanece la dirección de Desenvolvemento Pesqueiro, por lo que se extinguen Competitividade e Innovación y Ordenación dos Recursos Mariños.
Ayer hubo otros nombramientos, como el de Almudena Chacón Pichel como interventora general de la comunidad autónoma, en sustitución de Elena Muñoz, nueva conselleira de Facenda. Pero el más llamativo de todos es el del ya exresponsable de Política Lingüística para Cultura. Considerado cercano a los socialistas -elaboró en 2005 el programa lingüístico del PSdeG- y a favor de la inmersión en gallego hasta que lo llamó Feijóo, Anxo Lorenzo fue el dique de contención del PP durante la polémica implantación del decreto del gallego en la escuela.
El perfil que entonces conservaba Lorenzo (Vigo, 1964), según fuentes cercanas al sociolingüista vigués, fue útil para suavizar la intención del decreto y para hacer de puente con la oposición. Lejos de lograrlo, obtuvo la enemistad de los que se consideraban sus aliados. Nada más llegar, la Mesa pola Normalización Lingüística habló de "un lobo con piel de oveja". Traía proyectos como una Oficina do Galego Exterior que no llegó a plasmarse. En el día a día, en las escuelas públicas pasó de impartirse un mínimo del 50% de materias en gallego, como acordaron en su día las tres fuerzas políticas, a una teórica distribución de un tercio para el idioma propio y otro tanto para castellano e inglés.
Con el nombramiento de Lorenzo se aclara la duda de quién podría ser la persona -cercana a la cultura y próxima al PP- que podría aligerar el pesado equipaje de Jesús Vázquez, el nuevo superconselleiro, significado en la implantación del Decreto del gallego contra el criterio de buena parte de la comunidad educativa.
Los nombramientos de Lorenzo como secretario general de Cultura y de Jesús Oitavén Barcala, nuevo factótum de la macroconsellería, como secretario general técnico, en sustitución de Antonio Fernández-Campa, se unen al cese de Francisco López Rodríguez como director general do Libro, Bibliotecas o Arquivos, que desaparece del organigrama. En la otra dirección general que había, Patrimonio, permanece José Manuel Rey Pichel. Queda pendiente de nombramiento en un nuevo Consello de la Xunta el puesto de secretario general de Política Lingüística.
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