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La oposición pide no perder autonomía política en el aniversario del Parlamento

La Cámara celebra los 30 años de la primera investidura de un presidente

En un tiempo de gobiernos que rinden cuentas ante un difuso ente conocido como los mercados, la joven cámara legislativa gallega cumple 30 años entre piropos de apuntaladora de la democracia y la autonomía política -la que deja el Estatuto y la Constitución española- de Galicia. En un pleno conmemorativo de la primera sesión, en la que Gerardo Fernández Albor se convertía hace ayer 30 años en primer presidente de la Xunta, los portavoces de los tres partidos políticos que dominan tres décadas de Parlamento reconocieron el papel de la cámara y colaron (un poco) de crítica en sus discursos.

El portavoz del BNG, Carlos Aymerich, y el de los socialistas, Abel Losada, no olvidaron reclamar más autogobierno ni que Mariano Rajoy pronunciaba su discurso de investidura en Madrid. El pueblo gallego "no goza aún de capacidad para decidir plenamente sus destinos", afirmó el nacionalista, que renovó el compromiso de su partido para "seguir trabajando por esta vieja nación". Losada apeló a los primeros ocupantes de los escaños antes de afirmar que los socialistas no van "a aceptar de ninguna manera tentaciones recentralizadoras". Mientras, el portavoz del PP, Pedro Puy, pedía más coordinación con las Cortes de Madrid y la Unión Europea. El diputado popular afirmó que la Cámara gallega es "la más trabajadora", aunque admitió que los diputados podrían ser más cuidados a la hora de tramitar leyes y a la de elegir sus expresiones. Porque no siempre permanece la solemnidad del lugar sobre las maneras de los parlamentarios.

Además de los diputados -los actuales y algunos de los pasados- y el Gobierno gallego casi en pleno -con la conselleira de Facenda, a quien le toca defender hoy los presupuestos en esa misma sede, ausente-, los extitulares de la Xunta, con la ausencia de Manuel Fraga, y los expresidentes de la Cámara escucharon desde la tribuna el discurso de cierre de sesión, el de Pilar Rojo. La actual presidenta del Parlamento glosó el trabajo de la Cámara y llamó a "afianzar la labor de servicio público". Todos en pie, cerraron un acto sobrio entonado el himno de Galicia.

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