_
_
_
_
_
Crónica:OSASUNA 2 - VILLARREAL 1 | FÚTBOL | 17ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Osasuna castiga al Villarreal

El conjunto local sueña con Europa tras vencer al del dicutido Garrido

Gorka R. Pérez

Defiende Osasuna una imbatibilidad dorada en su estadio (cinco victorias y tres empates) que le ha permitido soñar con viajar de nuevo por Europa en el último mes del año. Ayer, ante el Villarreal, se demostró a sí mismo que el miedo a volar parece haber desaparecido a pesar de alguna que otra turbulencia. Doblegó a un Villarreal aguerrido, que recuperó por momentos su mejor versión y que terminó condenado porque su antiguo grosor defensivo apenas abriga cuando el ambiente se enfría más de la cuenta.

Aun así, combinó bien el Villarreal durante el encuentro al son del toque de Borja Valero. Con Bruno y Senna sosteniendo el centro del campo, el cuadro amarillo inquietaba a Osasuna a base de ese toque corto que tanto le desespera casi siempre. Le sirvió para contener el coraje del cuadro rojillo y desnortarle. Durante el primer cuarto de hora no se distinguía cuál era un equipo en los puestos de descenso y cuál el que quería celebrar la Navidad en Europa.

OSASUNA 2 - VILLARREAL 1

Osasuna: Andrés Fernández; Damiá, Sergio, Flaño, Satrústegui; Nekounam, Puñal (Cejudo, m. 71); Raúl García (Timor, m. 34), Lamah, Ibrahima; y Nino (Leka, m. 69). No utilizados: Asier Riesgo; Roversio, Lolo y Annunziata.

Villarreal: Diego López; Mario, Musacchio (Nilmar, m. 84), Zapata, Oriol; Bruno, Marcos Senna (Gonzalo, m. 84); Cani (Castellani, m. 65), Borja Valero, Camuñas; y Marco Ruben. No utilizados: César; Ángel, Hernán y Joselu.

Goles: 0-1. M. 63. Marco Ruben. 1-1. M. 74. Ibrahima. 2-1. M. 81. Sergio.

Árbitro: Delgado Ferreiro. Amonestó a Sergio, Camuñas, Timor y Marco Ruben.

Unos 16.000 espectadores en el estadio Reyno de Navarra.

Frente al dominio rival, Osasuna se reagrupó en torno a Nekounam. Solo el iraní parecía comprender que, lejos de correr tras las sombras, más vale cruzarse con ellas por el camino. De sus robos nacieron las primeras jugadas de ataque locales. Controlada la circulación rival en la segunda parte, el conjunto de Mendilibar se dedicó a buscar los pulmones de Ibrahima a través de balones largos. Corría el senegalés y llegaba tras él la infantería.

Agazapado, el Villarreal consiguió hilvanar su aguja de nuevo y Marco Ruben culminó una jugada frenética. No fue un espejismo, sino algo parecido a un pinchazo de alfiler. Insuficiente para desangrar a Osasuna, que reaccionó con un gol de Ibrahima. Si algo ha condenado al equipo dirigido por Garrido es su incapacidad para resguardarse del mal tiempo y, en un saque de esquina, Sergio, de cabeza, dio la vuelta al partido.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Gorka R. Pérez
Es redactor de la sección de Economía y está especializado en temas laborales. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Antes trabajó en Cadena Ser. Es licenciado en Periodismo por la Universidad del País Vasco y Máster en Información Económica de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_