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Reportaje:

Rusia apuesta por la alta velocidad

Alstom, Siemens y Adif han expresado su interés en participar en el proyecto

Pilar Bonet

Rusia quiere aprovechar el Campeonato Mundial de Fútbol de 2018 para modernizar su red ferroviaria y desarrollar la alta velocidad. Los Ferrocarriles de Rusia (RZHD) sacarán a concurso los primeros dos grandes proyectos de infraestructura para trenes AVE, que deberán ser concluidos a tiempo para el evento deportivo. Hasta ahora, RZHD ha hecho sus pinitos en vías tradicionales donde explota trenes de la alemana Siemens (los Sapsan o Velaro-Rus entre San Petersburgo y Moscú y entre Moscú y Nizhni Nóvgorod) y de la francesa

Alstom (el Allegro o Pendolino entre San Petersburgo y Helsinki).

El primer proyecto de infraestructura de alta velocidad que sale a concurso es para el trayecto de San Petersburgo a Moscú, un total de 660 kilómetros que los AVE cubrirán en dos horas y media a una velocidad de hasta 400 kilómetros por hora. El segundo, es la infraestructura entre Moscú y la ciudad de Yekaterinburg en los Urales, pasando por Vladímir, Nizhni Nóvgorod y Kazán, la capital de Tatarstán. Este trayecto de 1.595 kilómetros se cubrirá en siete horas. En ambos casos, RZHD apuesta por una asociación pública-privada entre el Estado ruso, el monopolio de los ferrocarriles y el consorcio eventualmente ganador, que deberá aportar un 15% de la financiación del proyecto.

Para el tramo de San Petersburgo a Moscú, el Gobierno ruso destina la cantidad máxima de 626.000 millones de rublos, el 50% a pagar durante la construcción y el resto, en 30 años. El Estado, además, emitirá obligaciones garantizadas de acuerdo con un esquema que tiene elementos comunes con las obligaciones emitidas por los ferrocarriles rusos a principio del siglo XX, afirma Denís Murátov, director ejecutivo del Ferrocarril de Alta velocidad, empresa perteneciente a RZHD.

Previamente, habrá un concurso, de inminente convocatoria, para llevar a cabo la preparación del terreno y las compras de propiedades por donde circulará la nueva vía. Según Murátov, no es previsible que haya grandes conflictos por las expropiaciones ni problemas con los ecologistas como los que ha encontrado la autopista entre Moscú y San Petersburgo.

Varias son las compañías internacionales interesadas en desarrollar la alta velocidad en Rusia, un gigantesco país con 85.000 kilómetros de tendido ferroviario. Alstom, Siemens y la española

Adif, además de un consorcio italiano dirigido por Finmecanica, los coreanos del sur y los chinos han expresado su intención de competir por el trayecto Moscú-San Petersburgo.

Por su experiencia, la española Adif goza de buena reputación en RZHD. Antonio Marín, su presidente, relató la experiencia española en Arabia Saudí al congreso de los ferroviarios rusos, celebrado el 18 y el 19 de noviembre en Moscú. La alta velocidad española ganó un contrato de 9.900 millones de dólares para construir el tren de los peregrinos a La Meca. Las empresas españolas formaron un consorcio en el que se integraron Renfe Operadora, Adif,

Talgo, Ineco y otras junto a dos empresas saudíes. Marín opina que España podría acudir al concurso ruso con una fórmula semejante pero todavía queda por ver las condiciones de la competición.

"Ningún país del mundo tiene una capacidad de oferta en la alta velocidad similar a la de España. En los últimos seis años Adif ha invertido 30.000 millones de euros en sistemas ferroviarios y de ellos 25.000 millones en alta velocidad. Ni Francia, ni Italia, ni Alemania, ni Japón, ni Corea han hecho tantas inversiones en ese periodo ni nadie ha generado una capacidad de oferta y calidad como la que tenemos en nuestro país", dice. El concurso no incluye los trenes, que serán adjudicados en un otro posterior. RZHD será el operador de las futuras vías y se reserva el derecho a decidir qué modelos circularán por ellas.

De momento, los ocho Sapsan disponibles hacen un total catorce viajes diarios entre Moscú y San Petersburgo y los cuatro Allegro circulan entre San Petersburgo y Helsinki sin pararse en la frontera. Alstom planea localizar su producción en las instalaciones de

Transmashholding, compañía rusa constructora de vagones vinculada a RZHD, con objeto de incrementar sus posibilidades de obtener encargos. La localización es muy importante para los rusos, que quieren desarrollar tecnología nueva en su propio país. Talgo, llegado el momento, podría producir en Rusia como se dispone a hacerlo en Kazajistán, señalan fuentes del sector ferroviario. Talgo tiene a su favor el sistema de cambio de vías y también los mecanismos de afianzamiento que le permiten tomar curvas muy cerradas sin disminuir su estabilidad. El ancho de vías ruso (1.520 mm), como el español (1.670 mm), es distinto del ancho europeo (1.435 mm).

Talgo firmó en junio de 2011 un contrato por 135,1 millones de euros para suministrar siete trenes de veinte vagones. De esos trenes, tres cubrirán los trayectos Moscú-Berlín, pasando por Minsk y Varsovia, a partir de 2015 y reducirán el trayecto de las 27 horas actuales a 18. El resto cubrirá el trayecto de Moscú a Kiev o al Báltico.

En total se calcula que la modernización de la red ferroviaria rusa requiere de 2.100 billones a 3.350 billones de rublos, una cantidad que en un 87% se dedicará a redes ferroviarias, correspondiendo el resto a estaciones (8%) y trenes (5%).

Un tren que cambió el mapa

Con 3 horas y 40 minutos de trayecto, el tren Sapsan ha cambiado el concepto de viaje entre las dos principales ciudades de Rusia y está ya desbancando a los aviones. Los atascos en ambas ciudades y la duración de los trámites de seguridad en los aeropuertos ha hecho que el Sapsan sea enormemente popular, tenga una ocupación del 90%, y lleno total los fines de semana. Desde que comenzó a circular, en diciembre de 2009, los Sapsan han transportado a casi cinco millones de pasajeros en sus ocho trenes, que serán reforzados con otros tantos. Tras su puesta en marcha, tuvieron que ser modificados para adaptarlos a las condiciones climáticas del trayecto en invierno. Según explica Dmitri Pegov, director general de RZHO, hubo que proteger sensores, recoger cables, desviar desagües, impedir la formación de hielo, casi un centenar de detalles suplementarios sobre el tren original. En el mismo centro de mantenimiento de los Sapsan, en la periferia de San Petersburgo, se revisan los desvencijados trenes de cercanías. ¡Qué espectacular contraste entre esos trenes alemanes que circulan repletos de ejecutivos en mangas de camisa inclinados sobre sus ordenadores y los trenes de cercanías rusos, con sus duros bancos de madera, destartalados y fríos, atestados de ciudadanos llenos de fardos y de trabajadores soñolientos! -

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.
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