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Reportaje:MUNDIAL DE FÓRMULA 1 | Gran Premio de Abu Dabi

Todo rueda a favor de Hamilton

Resurge la mejor versión del británico gracias al poco desgaste de sus neumáticos

Oriol Puigdemont

En plena caída libre, Lewis Hamilton tocó fondo a su llegada al Gran Premio de Corea del Sur, hace un mes. La ansiedad por haberse visto superado una y otra vez por Jenson Button, su compañero en McLaren, generaba en él un estado de nervios que derivaba en una precipitación al volante que acabó por ser completamente contraproducente para sus intereses. El de Tewin es un piloto agresivo de por sí, un rasgo capital a la hora de entender sus éxitos, como el fenomenal año de su debut en la fórmula 1 (2007) o el título que logró en 2008. La irrupción de los neumáticos Pirelli al comienzo de este curso le han llevado, sin embargo, a un abismo en el que se ha visto enmarañado en un escenario insólito: por primera vez en su trayectoria, ha comprobado que alguien que conduce el mismo coche que él, en este caso Button, ha sido capaz de rodar más rápido en la mayoría de las carreras. Eso le descoloca y le tortura.

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En las 18 pruebas que se han disputado hasta el momento, Button, mucho más delicado en su trazada, ha sido más consistente que su vecino de taller: ha logrado 11 podios por los seis de Hamilton. Los dos han terminado por delante del otro en nueve ocasiones, pero Hamilton, con la victoria que ayer consiguió en Abu Dabi, acumula tres, una más que Button.

Conscientes de la crisis que atravesaba el canterano de McLaren, los responsables de la escudería de Woking emplearon toda la psicología que tenían a su alcance para tranquilizar a su empleado más ilustre, aunque si hay un elemento que no define a Hamilton es la permeabilidad ante los consejos de terceras personas. En sus cinco temporadas en la fórmula 1 colecciona un total de 14 sanciones, aunque casi la mitad (seis) le han caído este año, un ejercicio en el que se las ha tenido tiesas con casi todos sus rivales y especialmente con Felipe Massa, con quien ha mantenido una refriega constante.

Consternado y fuera de foco, Hamilton aterrizó el miércoles en Abu Dabi con la intención de cambiar su suerte y se encontró con un aliado: el asfalto.

Ya desde el viernes, en la primera sesión de ensayos, la mayoría de los pilotos destacaron la escasa degradación que experimentaban los neumáticos este circuito, una particularidad que le vino como agua de mayo porque pudo expresarse a sus anchas sobre la pista. Hamilton, en estado puro, sin riesgo de achicharrar las gomas.

Su MP4-26 lideró los tres entrenamientos libres y si no se llevó la pole fue porque cometió un error en la criba definitiva (Q3). De hecho, el tiempo que consiguió en la Q2 fue mejor que el que le sirvió a Sebastian Vettel para igualar las 14 poles de Nigel Mansell (1992).

Gracias a la capacidad de mejora de McLaren, una de sus bazas más importantes; a las características del piso y, cómo no, al abandono del campeón de Red Bull al pinchar en la primera curva, Hamilton pudo reafirmar su condición de piloto ganador tras un ejercicio brillante de control sobre Fernando Alonso (terminó segundo), aunque no siempre se encontrará los astros alineados como le ocurrió en Abu Dabi.

"Aún es pronto para saber si esto es el inicio de mi recuperación, pero, sin duda, es un buen comienzo", dijo Hamilton tras cruzar la meta y dedicar la victoria a su madre, Carmen, por su cumpleaños.

Fernando Alonso, segundo, y Lewis Hamilton, en el podio del circuito de Yas Marina.
Fernando Alonso, segundo, y Lewis Hamilton, en el podio del circuito de Yas Marina.LUCA BRUNO (AP)

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